La visita de Marco Rubio a Israel: un choque entre diplomacia y realpolitik en Gaza

La visita de Marco Rubio a Israel: un choque entre diplomacia y realpolitik en Gaza
Internacional
Medio Oriente
2025-11-16
Fuentes
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- Diplomacia en terreno conflictivo: El secretario de Estado estadounidense se reúne con Netanyahu en plena ofensiva en Gaza.

- Tensiones internacionales: El respaldo explícito a Israel choca con condenas globales por bombardeos y crisis humanitaria.

- Narrativas contrapuestas: Estados Unidos, Israel y Palestina en un juego de poder, ayuda y reconocimiento político.

En medio de uno de los episodios más tensos y complejos del conflicto en Medio Oriente, el 14 de septiembre de 2025, Marco Rubio, secretario de Estado de Estados Unidos, llegó a Israel para una visita oficial de dos días. Su agenda, cuidadosamente orquestada, buscaba reforzar el respaldo estadounidense a la ofensiva israelí en la Franja de Gaza, mientras se desarrollaban simultáneamente debates internacionales sobre derechos humanos y reconocimiento estatal.

Rubio fue recibido en Tel Aviv y se reunió con el primer ministro Benjamin Netanyahu en Jerusalén, donde participaron en una ceremonia en el Muro de los Lamentos, un símbolo cargado de significado religioso y político. "Mi objetivo será garantizar el regreso de los rehenes, encontrar formas de asegurar que la ayuda humanitaria llegue a la población civil y abordar la amenaza que representa Hamás. Hamás no puede seguir existiendo si el objetivo es la paz en la región", declaró Rubio antes de partir, marcando con claridad la postura estadounidense.

Este encuentro no estuvo exento de controversia. Según reportes de la ONG israelí Peace Now y medios internacionales, Rubio también asistió a la inauguración de un túnel turístico en Silwan, un barrio palestino de Jerusalén Este, donde la presencia israelí es objeto de disputas y denuncias por parte de la comunidad internacional. Este gesto fue interpretado por sectores palestinos y críticos como una reafirmación del control israelí sobre territorios en disputa.

En el plano internacional, la visita coincidió con una creciente presión en la Asamblea General de la ONU, donde el 22 de septiembre se esperaba una votación clave para el reconocimiento de un Estado palestino. La declaración aprobada por amplia mayoría, pese a la oposición de Estados Unidos e Israel, evidenció la fractura diplomática global.

Además, la ofensiva israelí incluyó un bombardeo en Qatar, dirigido a eliminar a líderes de Hamás, que fue condenado por el Consejo de Seguridad de la ONU y generó críticas incluso desde Washington. Este episodio puso en evidencia la complejidad de los equilibrios que debe manejar la diplomacia estadounidense, atrapada entre su alianza estratégica con Israel y las demandas humanitarias y políticas internacionales.

Desde la perspectiva israelí, la visita de Rubio se valoró como un respaldo crucial en un momento de crisis, reforzando la narrativa de seguridad y defensa nacional frente a una amenaza que consideran existencial. Por el contrario, voces palestinas y de la sociedad civil internacional denunciaron que esta muestra de apoyo perpetúa el ciclo de violencia y dificulta cualquier avance hacia una solución pacífica.

En Chile y América Latina, la visita también suscitó debates. Organizaciones de derechos humanos y académicos señalaron que la política estadounidense sigue priorizando intereses geopolíticos por sobre la justicia y el respeto a los derechos fundamentales en la región. Mientras, sectores políticos alineados con Estados Unidos destacaron la importancia de mantener la alianza estratégica y el combate al terrorismo.

En conclusión, la visita de Marco Rubio a Israel no solo fue un acto diplomático, sino un escenario donde convergieron las tensiones entre seguridad, derechos humanos y legitimidad política. El respaldo estadounidense a Israel en este momento ha reforzado su posición internacional, pero también ha profundizado las divisiones globales y regionales sobre el conflicto palestino-israelí. La complejidad del escenario muestra que, lejos de resolverse, el conflicto sigue siendo un terreno de confrontación donde las decisiones políticas tienen consecuencias directas en la vida de millones.

Este episodio confirma que la diplomacia en Medio Oriente continúa siendo un juego de poder con pocas certezas, donde cada movimiento se observa con lupa y donde la búsqueda de paz se enfrenta a obstáculos estructurales y narrativas irreconciliables.