Estabilidad o crisis en Bolivia: El desafío de Rodrigo Paz en el umbral de una nueva era

Estabilidad o crisis en Bolivia: El desafío de Rodrigo Paz en el umbral de una nueva era
Internacional
América Latina
2025-11-16
Fuentes
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- Presidencia inédita que rompe con dos décadas de hegemonía socialista.

- Reconfiguración diplomática con impactos regionales visibles.

- Tensiones internas que amenazan la continuidad democrática en el corto plazo.

Rodrigo Paz, el presidente que asumió Bolivia en un momento de alta incertidumbre, enfrenta un desafío que va más allá de la administración cotidiana: consolidar un proceso democrático que parecía agotado tras veinte años de hegemonía socialista. Su mandato, que comenzó con gestos simbólicos como la toma de mando en un edificio representativo del viejo régimen, ha puesto sobre la mesa una pregunta que se repite en los pasillos políticos y en la calle: ¿será este gobierno un interludio efímero o el inicio de una transformación duradera?

La ruptura con el pasado y la apuesta por la alternancia

El 2025 marcó un punto de inflexión para Bolivia. La salida del MAS del poder, partido que dominó la escena desde principios del siglo XXI, se tradujo en una inesperada victoria electoral para Paz y sus aliados, el PDC y otros sectores emergentes. Este cambio no solo fue político, sino simbólico: la ceremonia de transmisión de mando se realizó en un edificio construido durante la era socialista, simbolizando la quiebra de la ilusión de eternidad en el poder.

Desde el inicio, las decisiones de Paz reflejaron una voluntad clara de reposicionar a Bolivia en el mapa internacional. La expulsión del país del ALBA y el restablecimiento de relaciones con Estados Unidos son señales inequívocas de un giro que ha generado opiniones encontradas.

Voces desde la política: entre la esperanza y la desconfianza

Las fuerzas políticas tradicionales y emergentes han reaccionado con una mezcla de esperanza y cautela. Desde la derecha y el centro, se celebra el fin de un ciclo autoritario que, según sus críticos, limitó las libertades y la alternancia democrática. “Este es un momento para reconstruir las instituciones y devolver la confianza en la democracia”, afirmó un diputado de la oposición.

En contraste, sectores vinculados al MAS y movimientos sociales advierten sobre riesgos de desestabilización y retroceso social. “La crisis económica y social no se resuelve con cambios de fachada ni con giros abruptos en la política exterior”, señaló un dirigente sindical, enfatizando la persistencia de desigualdades estructurales.

Impacto regional y reacciones ciudadanas

La región observa con atención. La presencia de presidentes de Argentina, Chile y Paraguay en la transmisión de mando, junto con la ausencia de Perú, refleja un tablero diplomático en movimiento. Bolivia se posiciona ahora entre las naciones que buscan distanciarse de bloques ideológicos rígidos, aunque con incertidumbre sobre la estabilidad futura.

En las calles, la ciudadanía boliviana vive una realidad ambivalente. Por un lado, hay un aire de esperanza por la posibilidad de alternancia y nuevas oportunidades; por otro, la sombra de la crisis económica y la fragmentación social generan desconfianza. “Queremos que esto funcione, pero no podemos olvidar lo que hemos sufrido”, dice una vecina de La Paz, reflejando el sentir de muchos.

Constataciones y perspectivas

Tras casi un año desde la asunción de Rodrigo Paz, se puede afirmar que Bolivia está en un momento de tensión entre estabilidad y crisis. La alternancia democrática es un hecho consumado, pero la fragilidad económica y social persiste. La transformación institucional que propone el nuevo gobierno aún no ha logrado consolidarse plenamente, y las disputas internas dentro de la política boliviana no han desaparecido.

Este escenario plantea una disyuntiva clara: o el país avanza hacia una democracia más plural y resiliente, o las tensiones acumuladas derivarán en nuevas crisis que podrían poner en jaque la continuidad del proceso democrático. En este juego de poder y resistencia, Bolivia se encuentra en el coliseo, con actores que luchan por definir el destino de una nación que busca reinventarse.

Fuentes consultadas incluyen análisis de Carlos Cordero, reconocido analista político boliviano, reportes de La Tercera y observatorios regionales de política latinoamericana.