La Granja y la Línea 9 del Metro: ¿Estaciones dignas o un nuevo patio trasero?

La Granja y la Línea 9 del Metro: ¿Estaciones dignas o un nuevo patio trasero?
Actualidad
Conflictos sociales
2025-11-16
Fuentes
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- Protesta pacífica de vecinos por calidad y accesibilidad de estaciones.

- Contraste evidente entre infraestructura del sector sur y oriente de Santiago.

- Diálogo abierto entre Metro y comunidad para posibles mejoras.

Un pulso urbano que trasciende el concreto y el acero. Así se ha vivido en La Granja desde septiembre pasado, cuando vecinos alzaron la voz en una protesta pacífica para exigir que las estaciones proyectadas para la futura Línea 9 del Metro no sean solo funcionales, sino también dignas y acordes a las necesidades reales de su comuna.El 13 de septiembre de 2025, frente a la municipalidad, residentes manifestaron que los diseños actuales de las estaciones lucen "pequeñas, con poco acceso para el usuario, poco vistosas e inseguras". Esta denuncia no es menor: se siente un eco de desigualdad social y urbana, que para muchos se traduce en un sentimiento de ser el "patio trasero" de la capital.

La Línea 9, anunciada en 2023, promete 27 kilómetros y 19 estaciones, cuatro de ellas en La Granja, específicamente a lo largo del eje Avenida Santa Rosa. Sin embargo, la expectativa de la comunidad se ha topado con la realidad de un diseño que, para ellos, no refleja la dignidad ni la accesibilidad que merecen.

Desde la perspectiva de los vecinos, representada por el dirigente social Pedro Vega, la inclusión en el mapa metroviario no basta si las estaciones no responden al flujo y la diversidad de usuarios. "Nos sentimos como el patio trasero, no nos dejaron ninguna estación para nosotros en proyectos anteriores y las actuales son chiquititas y sin comodidades comparables a otras comunas", afirma Vega.

Por su parte, Metro de Santiago ha mostrado disposición para el diálogo. Guillermo Muñoz, presidente del directorio, reconoció la cobertura actual y futura de la comuna y declaró que "los vecinos tienen todo el derecho de solicitar mayor acceso". Además, destacó que "siempre hay posibilidades de perfeccionar los diseños originales que fueron aprobados por el sistema de impacto ambiental".

Este desencuentro refleja tensiones más profundas sobre cómo se distribuye la inversión pública y la calidad de la infraestructura urbana en Santiago. Mientras el sector oriente exhibe estaciones amplias, seguras y con diseño pensado para una experiencia cómoda, La Granja lucha por no quedar relegada a un segundo plano.

La movilización ciudadana ha tomado forma concreta con la recolección de firmas: de un objetivo de 20.000 adhesiones, ya se han reunido cerca de 5.000, mostrando un respaldo amplio y transversal.

Desde un enfoque político, las demandas de La Granja han generado debates en el Congreso y en los partidos políticos. Sectores de izquierda ven en esta protesta una expresión legítima de justicia social y urbanística, mientras que voces más conservadoras advierten sobre la necesidad de respetar los procesos técnicos y ambientales ya aprobados.

En términos regionales, la situación pone en evidencia la persistente brecha entre comunas del sector sur y oriente, no solo en transporte, sino en acceso a servicios y calidad de vida.

Finalmente, esta historia resalta una verdad ineludible: la infraestructura pública no es solo un asunto técnico, sino un espejo de las desigualdades sociales. La tensión entre vecinos y Metro no es un simple conflicto de diseño, sino un reclamo por reconocimiento, dignidad y equidad urbana.

El desafío para las autoridades y la empresa es claro: avanzar más allá del plano y el presupuesto, para construir estaciones que no solo conecten puntos geográficos, sino que también acerquen realidades y aspiraciones diversas. La Granja exige no ser el patio trasero, sino un espacio digno dentro del entramado urbano de Santiago.

Este episodio invita a reflexionar sobre cómo se construye la ciudad y para quién, en un país donde el derecho a la movilidad y a la infraestructura segura y accesible debería ser universal y equitativo.