Polonia derriba drones rusos en su espacio aéreo: La escalada que acerca a Europa a un conflicto abierto

Polonia derriba drones rusos en su espacio aéreo: La escalada que acerca a Europa a un conflicto abierto
Internacional
América Latina
2025-11-16
Fuentes
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- Primera vez que la OTAN derriba drones rusos en territorio aliado

- Polonia invoca el artículo 4 de la OTAN ante violaciones reiteradas

- Diferencias en la interpretación del incidente entre Rusia, Occidente y Bielorrusia

La madrugada del 10 de septiembre de 2025 marcó un antes y un después en la seguridad europea. Polonia denunció la entrada de múltiples drones rusos en su espacio aéreo, lo que llevó a una respuesta coordinada sin precedentes por parte de la OTAN: cazas F-16 polacos y F-35 neerlandeses derribaron al menos cuatro drones, en un operativo que involucró también aviones de vigilancia AWACS italianos y aeronaves cisterna para reabastecimiento. Este episodio, que se extendió por más de siete horas, fue descrito por el primer ministro polaco Donald Tusk como una "provocación a gran escala" y la violación más grave del espacio aéreo europeo desde la Segunda Guerra Mundial.

Un coliseo de tensiones: Polonia y la OTAN en alerta máxima

Ante la gravedad del incidente, Polonia invocó el artículo 4 del tratado de la OTAN, que convoca a consultas formales entre aliados cuando se considera amenazada la integridad territorial o seguridad de un miembro. La Alianza respondió con rapidez, desplegando la iniciativa "Centinela del Este" para reforzar la vigilancia y defensa aérea en su flanco oriental, con aportes de Dinamarca, Francia, Alemania, España y Reino Unido, entre otros.

Desde Varsovia, Tusk enfatizó que "Polonia está lista para repeler provocaciones y ataques", y anunció un programa de modernización militar que incluye la adquisición de aviones F-35. Sin embargo, reconoció que la situación es "la más peligrosa desde la Segunda Guerra Mundial", y que el país se encuentra en un punto crítico donde la escalada podría desembocar en un conflicto abierto.

Voces contrapuestas: Rusia, Bielorrusia y Occidente

Moscú negó responsabilidad en la incursión, atribuyendo las desviaciones de sus drones a interferencias electrónicas y anunciando que no tenía intención de atacar objetivos en Polonia. Bielorrusia, aliado estratégico de Rusia, afirmó que sus fuerzas derribaron drones que se desviaron hacia su espacio aéreo y que advirtieron a Polonia y Lituania sobre la aproximación de aeronaves no identificadas.

"Los drones se extraviaron por la guerra electrónica desplegada en la región", declaró Pavel Muraveiko, viceministro de Defensa bielorruso, mientras que el Kremlin optó por el silencio público tras las acusaciones.

En contraste, la Unión Europea y Estados Unidos calificaron el incidente como una acción intencionada y peligrosa. La alta representante europea Kaja Kallas afirmó que "la violación del espacio aéreo polaco fue la más grave desde el inicio de la guerra" y que se trató de un acto deliberado de Moscú. El presidente ucraniano Volodimir Zelenski denunció que la operación rusa buscaba "poner a prueba la respuesta occidental y escalar el conflicto", solicitando una reacción conjunta y firme.

Consecuencias y aprendizajes

Este episodio expone la complejidad y volatilidad de la guerra en Ucrania que se ha trasladado más allá de sus fronteras, poniendo a prueba la cohesión y capacidad de respuesta de la OTAN y sus miembros. La utilización de drones kamikaze Geran-2, de fabricación rusa e iraní, ha evolucionado como una amenaza asimétrica que obliga a reconsiderar estrategias de defensa aérea, especialmente frente a ataques de bajo costo y alta frecuencia.

Además, la discrepancia entre las narrativas oficiales —Rusia y Bielorrusia hablan de accidentes y desviaciones, mientras Occidente denuncia provocaciones intencionadas— refleja la dificultad para establecer verdades absolutas en un conflicto saturado de propaganda y guerra informativa.

Finalmente, la operación demostró la coordinación y preparación de la OTAN para defender su espacio aéreo, pero también dejó en evidencia los riesgos crecientes de escalada que podrían arrastrar a Europa a un conflicto abierto si no se gestionan con prudencia y diálogo.

En suma, la incursión y derribo de drones rusos en Polonia no solo es un hito militar, sino un espejo de las tensiones geopolíticas que amenazan con desbordar la estabilidad europea. La historia reciente confirma que la guerra en Ucrania no es un conflicto aislado, sino un desafío que pone a prueba la arquitectura de seguridad internacional y la voluntad de sus actores para evitar un desastre mayor.