
Un caso que desnuda la vulnerabilidad del sistema judicial chileno frente a la corrupción ha entrado en una nueva etapa decisiva. El 15 de noviembre de 2025, la jueza Michel Ibacache decretó prisión preventiva para Gonzalo Migueles, Mario Vargas y Eduardo Lagos, imputados en la llamada trama 'Muñeca bielorrusa', que investiga delitos de cohecho, soborno y lavado de activos. Esta decisión, tomada tras ocho jornadas de formalización en el Séptimo Juzgado de Garantía de Santiago, marca un punto de inflexión en una investigación que ha puesto en jaque la confianza ciudadana en la justicia y ha revelado las complejas redes de influencia entre actores políticos y empresariales.
La pesquisa comenzó a partir de denuncias sobre pagos millonarios realizados por el consorcio chileno-bielorruso Belaz Movitec a la exministra Ángela Vivanco y su entorno, con el supuesto fin de influir en fallos de la Suprema. Según el Ministerio Público, Vargas y Lagos, abogados representantes del consorcio, habrían pagado sobornos para asegurar decisiones favorables, mientras que Migueles, pareja de Vivanco, habría recibido cohechos reiterados y participado en el lavado de activos.
Durante la formalización, la Fiscalía presentó pruebas que incluyen georreferenciación de reuniones y testimonios clave, como el de una estilista que confirmó la presencia de Vivanco en fechas coincidentes con los supuestos pagos. La jueza Ibacache valoró estas evidencias para justificar la cautelar más gravosa, argumentando que la libertad de los imputados representaba un peligro para la seguridad de la sociedad.
Desde el Ministerio Público, se sostiene que el caso es emblemático para combatir la corrupción enquistada en el poder judicial. "El fantasma de la corrupción ha dejado de ser una idea en el aire", afirmó la jueza al fundamentar su resolución. La Fiscalía destaca la rigurosidad de las pruebas y la necesidad de enviar un mensaje claro contra la impunidad.
Por otro lado, las defensas han cuestionado la validez de las pruebas, especialmente la georreferenciación y la interpretación de las actividades profesionales de los imputados. Argumentan que las reuniones y movimientos registrados corresponden a ejercicio legítimo de sus funciones y que los informes deben ser revisados con cautela para evitar prejuzgamientos.
Ciudadanos y expertos en derecho han expresado opiniones divididas. Algunos ven en la medida un avance necesario para restaurar la confianza institucional, mientras otros advierten sobre el riesgo de juicios mediáticos y la presunción de inocencia.
El caso no solo afecta la esfera judicial, sino que también sacude a la región de Los Lagos, desde donde se originó la investigación. La implicancia de actores locales en una trama internacional pone en evidencia las conexiones entre poder económico y político, y plantea interrogantes sobre la transparencia en contratos públicos y la supervisión estatal.
En la opinión pública, el proceso ha generado una mezcla de indignación y escepticismo, reflejando el cansancio ante escándalos reiterados y la demanda por reformas profundas en el sistema de justicia.
Tras más de un año de investigación y ocho jornadas de formalización, este 15 de noviembre se estableció un plazo de 90 días para continuar la indagatoria, con la prisión preventiva como medida para evitar la obstaculización del proceso. La resolución judicial evidencia que, pese a las resistencias, el sistema puede actuar con firmeza ante casos de corrupción complejos.
Sin embargo, también queda claro que la batalla por la justicia no termina en la prisión preventiva. La disputa entre defensas y Ministerio Público revela la dificultad de separar la esfera profesional de la ilegal, y la necesidad de un análisis riguroso y plural para evitar injusticias.
Este episodio confirma que la corrupción en Chile no es un fenómeno aislado ni del pasado, sino un desafío vigente que exige vigilancia constante y reformas estructurales para proteger la integridad de las instituciones y la confianza ciudadana.
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Fuentes: Ministerio Público de Los Lagos, Séptimo Juzgado de Garantía de Santiago, testimonios de la Fiscalía, declaraciones de las defensas, análisis de expertos en derecho y opinión pública regional.