La escalada venezolana: Maduro entre la lucha armada y la confrontación internacional

La escalada venezolana: Maduro entre la lucha armada y la confrontación internacional
Internacional
América Latina
2025-11-16
Fuentes
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- Convocatoria a la lucha armada por parte de Maduro como respuesta a la presión de EE.UU.

- Tensiones diplomáticas y militares en aumento entre Caracas y Washington.

- Reacciones divididas entre actores políticos, sociales y expertos en derechos humanos.

En un escenario que ha ido tomando la forma de un auténtico duelo de voluntades, Nicolás Maduro ordenó en septiembre de 2025 que las bases chavistas se prepararan para la lucha armada ante una supuesta "agresión imperialista" de Estados Unidos. Esta declaración no fue un gesto aislado, sino el punto culminante de una escalada que ha tensionado la región y ha puesto a Venezuela en el centro de un conflicto que trasciende sus fronteras.

El "Plan Independencia 200", anunciado por Maduro, movilizó a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana y a la Milicia Nacional Bolivariana en 284 frentes de batalla. Esta militarización masiva, en el contexto de la presencia de una flotilla militar estadounidense en el Caribe y el despliegue de aviones de combate F-35 en Puerto Rico, ha generado un ambiente de confrontación donde la retórica y las acciones parecen alimentar una espiral que amenaza con salirse de control.

Desde Washington, la administración Trump ha mantenido una postura intransigente, señalando a Maduro como líder del llamado "Cartel de los Soles", una organización narcoterrorista, y aumentando la recompensa por su captura a 50 millones de dólares. Paralelamente, las operaciones militares estadounidenses en el Caribe, que han resultado en la muerte de 27 personas en ataques contra embarcaciones sospechosas de narcotráfico, han sido denunciadas por Venezuela ante la ONU como "ejecuciones extrajudiciales".

"Con su guerra psicológica quieren atemorizar al pueblo, pero el pueblo está unido", respondió Maduro en octubre, en un discurso que buscó fortalecer la narrativa de resistencia frente a lo que calificó como una política intervencionista de Estados Unidos. Su acusación de que la CIA ha operado en Venezuela durante décadas y la comparación con los golpes de Estado de América Latina en el pasado, buscan enmarcar la crisis actual en un largo historial de injerencia extranjera.

Desde el ámbito político, la situación ha dividido opiniones. Sectores de la oposición venezolana y expertos internacionales alertan sobre el riesgo de que esta escalada derive en un conflicto armado interno o regional. Por otro lado, analistas que simpatizan con el chavismo defienden la necesidad de prepararse ante una amenaza externa real, señalando que la militarización es una medida defensiva.

En la sociedad civil venezolana, el impacto es palpable. Mientras algunos sectores apoyan la resistencia propuesta por Maduro, otros expresan preocupación por el aumento de la militarización y la posible erosión de derechos y libertades fundamentales.

En el plano internacional, la tensión ha provocado reacciones encontradas. Algunos países latinoamericanos llaman a la calma y a la búsqueda de soluciones diplomáticas, mientras que otros mantienen posiciones alineadas con Washington o con Caracas, reflejando una fractura geopolítica que recuerda a épocas pasadas.

En definitiva, la crisis venezolana en 2025 muestra una compleja interacción entre discursos de soberanía, acusaciones de injerencia y estrategias de poder que han llevado a una militarización sin precedentes y a un aumento palpable de la tensión regional. La confrontación abierta entre Maduro y Trump no solo refleja la pugna entre dos líderes, sino que expone las profundas divisiones y desafíos que enfrenta América Latina en materia de seguridad, política y derechos humanos.

Las consecuencias de esta escalada aún están por verse, pero lo cierto es que la apuesta de Maduro por la lucha armada y la respuesta estadounidense han colocado a Venezuela en una encrucijada que podría definir el rumbo del continente en los próximos años.