El pulso electoral en el distrito 10: un choque de fuerzas y símbolos en la antesala del 16-N

El pulso electoral en el distrito 10: un choque de fuerzas y símbolos en la antesala del 16-N
Actualidad
Elecciones
2025-11-16
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- 70 candidatos compiten en un distrito clave que combina comunas populares y de clase media alta.

- La lucha enfrenta a oficialismo fragmentado, oposición tradicional y emergentes con raíces familiares.

- El resultado marcará la influencia de sectores como el Frente Amplio, PC, y la derecha en uno de los epicentros políticos de Santiago.

El distrito 10, que abarca comunas tan diversas como La Granja, Macul, Ñuñoa, Providencia, San Joaquín y Santiago, se ha transformado en un auténtico escenario de batalla electoral para las elecciones del 16 de noviembre. Con 70 candidatos inscritos, esta contienda no solo refleja la pluralidad política del país, sino también la complejidad social y cultural que convive en la Región Metropolitana.

Desde el oficialismo, el bloque Unidad por Chile ha desplegado una estrategia que apuesta a la continuidad y la renovación simultánea. El Frente Amplio mantiene a sus tres actuales diputados —Emilia Schneider, Gonzalo Winter y Lorena Fríes— buscando consolidar su presencia en un distrito donde históricamente ha ganado terreno entre los sectores más jóvenes y urbanos. Por otro lado, el Partido Comunista ha sumado a la exalcaldesa de Santiago, Irací Hassler, una figura que simboliza la izquierda institucional pero con un perfil que busca conectar con barrios populares y sectores medios.

“Este distrito es un espejo de Chile, donde convergen demandas sociales, económicas y culturales que requieren representación diversa y comprometida,” señala un analista político de la Universidad de Chile.

El PPD, que mantiene a la diputada Helia Molina y suma a su secretario general José Toro, representa a una socialdemocracia que intenta frenar la erosión de su base electoral en un contexto de creciente fragmentación.

En la vereda opuesta, el pacto "Chile Grande y Unido", que agrupa a la UDI, RN, Evópoli y Demócratas, se juega la retención de sus tres escaños. Jorge Alessandri (UDI) busca la reelección, acompañado por Macarena Zarhi, independiente ligada al mundo político tradicional, hija del exalcalde de Ñuñoa Andrés Zarhi. Esta lista intenta mantener el equilibrio entre el electorado conservador clásico y sectores independientes con perfil más liberal.

La derecha también enfrenta tensiones internas y desafíos generacionales, evidenciados en la irrupción de candidatos como José Antonio Kast Adriasola, hijo del líder presidencial del mismo nombre, y figuras independientes vinculadas a movimientos sociales y empresariales.

El bloque Cambio por Chile, que incluye a Republicanos, Partido Nacional Liberal y Partido Social Cristiano, busca capitalizar el espacio de la derecha más dura y conservadora, especialmente tras la decisión de Johannes Kaiser de no repostular para intentar una carrera presidencial.

Socialmente, la elección ha generado un debate sobre la representación real de las comunas que componen el distrito. Mientras Providencia y Ñuñoa exhiben una clase media-alta con demandas urbanas y culturales específicas, La Granja y San Joaquín enfrentan desafíos en materia de vivienda, seguridad y acceso a servicios básicos.

“Es un distrito donde la desigualdad se hace visible en cada esquina. Los candidatos deben entender que no es un territorio homogéneo y que sus discursos deben reflejar esa diversidad,” afirma una dirigente vecinal de La Granja.

La campaña ha estado marcada por la polarización, pero también por una cierta fatiga ciudadana ante la proliferación de candidaturas y mensajes que, en ocasiones, se perciben como desconectados de las urgencias locales.

Entre las verdades que se pueden constatar a estas alturas, destaca la consolidación del Frente Amplio como actor clave en la política metropolitana, la persistencia de la derecha tradicional en sectores emblemáticos y la emergencia de figuras con raíces familiares que buscan capitalizar capital político simbólico. Sin embargo, también queda claro que el electorado del distrito 10 demanda propuestas que trasciendan la mera disputa partidaria y se enfoquen en soluciones concretas para un territorio fragmentado y desigual.

En definitiva, el 16 de noviembre no solo se decidirán escaños en el Congreso, sino el reflejo de un Chile urbano en plena transformación, donde la política se juega en un tablero complejo, lleno de actores, intereses y expectativas que no siempre convergen, pero que configuran el pulso democrático de la capital.