
Una guerra de poder atada por reglas matemáticas. Así se podría definir el pulso que desde septiembre ha protagonizado el BBVA intentando tomar el control del Banco Sabadell, una operación que parecía sencilla en el papel, pero que en la práctica se ha topado con un adversario inesperado: los fondos indexados.
El 12 de septiembre de 2025, BBVA lanzó una oferta pública de adquisición (opa) sobre Sabadell, buscando consolidar su posición en el sector bancario español. Sin embargo, más del 10% del capital de Sabadell está en manos de fondos indexados, vehículos de inversión que replican estrictamente la composición de índices bursátiles como el Ibex 35 o el Stoxx 600, y que por su propia naturaleza no pueden salir de sus posiciones ni vender acciones durante la opa si Sabadell sigue formando parte de esos índices.
Según fuentes cercanas a BlackRock, el mayor accionista del Sabadell con un 7%, “BlackRock no toma una decisión centralizada en este tipo de operaciones” y en sus fondos indexados actúa como gestor pasivo, sin influencia en la gobernanza corporativa.”
Este detalle técnico ha limitado la capacidad del BBVA para convencer a estos grandes accionistas, que no pueden decidir libremente aceptar o rechazar la opa. La consecuencia directa es que la balanza se ha inclinado hacia el rechazo, apoyado también por el consejo de administración del Sabadell, encabezado por Josep Oliú, firme defensor de la independencia del banco.
El 18 de septiembre, el consejo emitió un informe desfavorable a la opa, reforzando la resistencia institucional. Además, otros grandes accionistas, como el fondo soberano de Noruega y el grupo asegurador Zurich, también se han manifestado contrarios a la operación, temiendo la pérdida de alianzas estratégicas y la dilución de su influencia.
Desde el lado del BBVA, la estrategia se ha centrado en intentar seducir a pequeños accionistas y a fondos activos que no están limitados por las reglas de los índices. Sin embargo, la oposición de la mayoría de los grandes accionistas y la rigidez de los fondos indexados han cerrado las puertas a una rápida consolidación.
Este episodio desvela una realidad poco visible en el mundo financiero: la creciente influencia de los fondos indexados, que con su gestión pasiva y atada a índices, pueden actuar como un freno a movimientos corporativos que requieren decisiones activas de gobernanza.
César Muro, experto en fondos indexados de Xtrackers, señala que “nosotros no entramos en esta guerra, porque tenemos que ceñirnos a los índices. Sólo si Sabadell es excluido del Ibex, los fondos que lo siguen tendrían que vender.”
La batalla no es solo financiera, sino también política y estratégica. Para algunos analistas, la resistencia del Sabadell y sus socios representa una defensa legítima de la autonomía regional y empresarial, mientras que para otros es un obstáculo a la necesaria consolidación bancaria en España para competir a nivel europeo.
En definitiva, esta historia pone en evidencia cómo la complejidad y rigidez de los instrumentos financieros modernos, como los fondos indexados, pueden tener un peso decisivo en decisiones corporativas y en la configuración del mapa empresarial, más allá de las intenciones de los grandes actores.
El desenlace, aún abierto a mediados de noviembre de 2025, anticipa un escenario donde la opa del BBVA sobre Sabadell se dilata y se complica, con consecuencias visibles en la estabilidad bursátil y en la dinámica del sector financiero español.
Los hechos confirman que el poder real no siempre reside en la voluntad expresada públicamente, sino en las reglas del juego que condicionan y limitan las decisiones. En este caso, la matemática de los índices ha impuesto un límite inesperado, demostrando que en el tablero financiero moderno las piezas pueden estar atadas, aunque la partida siga en curso.