
Durante las recientes Fiestas Patrias de 2024, se registró un aumento del 6% en el número de pasajeros aéreos, alcanzando los 552 mil viajeros, según las proyecciones oficiales de la Junta de Aeronáutica Civil (JAC). Este fenómeno, a primera vista celebratorio, ha desatado un complejo debate que va más allá de las cifras: pone en escena las tensiones entre crecimiento económico, desigualdades sociales y desafíos logísticos que enfrentan las regiones del país.
El gobierno destacó que el alza fue más marcada en vuelos internacionales, con un 12% de crecimiento, mientras que los viajes domésticos aumentaron en un 2%. Destinos como Puerto Natales, Chiloé y Valdivia experimentaron un incremento en visitantes, pero las grandes concentraciones se mantuvieron en ciudades como Calama, Antofagasta y Concepción.
Desde una perspectiva social, esta dinámica expone una brecha palpable. "No todos pueden aprovechar estos viajes; la movilidad aérea sigue siendo un privilegio para ciertos sectores, lo que refleja las desigualdades regionales y económicas que persisten en Chile", señala la socióloga Paula Rojas, experta en movilidad social. Esta visión se contrapone a la narrativa oficial que enfatiza el crecimiento y la estabilidad del sector turístico.
Las regiones receptoras enfrentaron una presión extra en sus servicios y espacios públicos. En Puerto Natales, por ejemplo, se reportaron dificultades en la capacidad hotelera y congestión en rutas turísticas, lo que generó críticas por parte de habitantes y empresarios locales.
El alcalde de Puerto Natales, Rodrigo Díaz, expresó: "Si bien valoramos el turismo, la falta de planificación y recursos adecuados genera un desgaste que afecta la calidad de vida de los residentes". En contraste, sectores empresariales defienden que el aumento de visitantes es una oportunidad para dinamizar economías locales estancadas.
En el plano político, la discusión se ha polarizado. Desde la oposición, se cuestiona si el crecimiento en viajes se traduce en beneficios reales para la mayoría: "Este aumento no puede ser un simple dato estadístico; debe ir acompañado de políticas que garanticen accesibilidad y desarrollo equitativo", afirmó la diputada Marcela Fuentes.
El Ministerio de Transportes, por su parte, destacó la importancia de la estabilidad y la oferta aérea para fomentar la conectividad, pero reconoció que la infraestructura aeroportuaria y los servicios asociados requieren una revisión urgente para evitar colapsos en futuros picos de demanda.
El análisis de estas cifras y sus consecuencias muestra que el aumento de pasajeros aéreos durante las Fiestas Patrias 2024 no es solo un indicador económico, sino un espejo que refleja las complejidades del Chile actual: desigualdad, desafíos regionales y la necesidad de políticas integrales que equilibren crecimiento con calidad de vida.
La historia de estos días festivos nos invita a mirar más allá del vuelo y el destino, para cuestionar quiénes vuelan, quiénes se quedan y qué país se está construyendo en ese tránsito.