
Un giro en la forma de medir la televisión chilena ha cambiado el tablero de juego para canales, anunciantes y audiencias. Desde mediados de septiembre de 2025, Kantar Ibope Media implementó una metodología que suma la medición tradicional de TV abierta con el consumo en cable, plataformas digitales y dispositivos móviles, abarcando un universo de 16,6 millones de personas. Este salto tecnológico y metodológico ha dejado al descubierto no sólo quiénes lideran en rating, sino también cómo y dónde se consume contenido audiovisual en Chile.
La incorporación de dispositivos como el People Meter 7 y el Focal Meter permite capturar datos en tiempo real y en múltiples pantallas, desde televisores inteligentes hasta smartphones. Según Ignacio Mirchak, Country Leader de Kantar Ibope Media en Chile, 'La forma en que consumimos contenido cambió radicalmente con la digitalización y la medición de audiencia también debía evolucionar'. Esta transformación implica que los datos ahora se presentan en valores absolutos, es decir, la cantidad exacta de espectadores, y no sólo en porcentajes, lo que aporta mayor precisión para la industria publicitaria y los canales.
En el antiguo coliseo televisivo nacional, Chilevisión, Mega, Canal 13 y TVN se han visto obligados a redefinir sus estrategias. Mientras algunos canales celebran la visibilidad ampliada que les otorga la medición multiplataforma, otros expresan preocupación por la fragmentación de audiencias y la competencia con plataformas digitales.
Desde la perspectiva política y económica, expertos advierten que este cambio puede incidir en la distribución de la inversión publicitaria, favoreciendo contenidos más adaptados a formatos digitales y audiencias segmentadas. Por otro lado, voces críticas señalan que la medición podría invisibilizar ciertos nichos o regiones con menor acceso a tecnología, 'ampliando brechas en la representación de la audiencia'.
En regiones, la medición más precisa ha revelado patrones de consumo distintos a los del Gran Santiago, con un mayor peso de contenidos locales y formatos digitales. Sin embargo, el acceso desigual a internet y dispositivos limita la captación completa de estas audiencias, lo que plantea retos para una medición verdaderamente representativa.
En el plano social, la predominancia de YouTube y otras plataformas en televisores inteligentes ha cambiado la dinámica familiar y generacional frente a la pantalla. Por primera vez, la gente ve más YouTube en sus televisores que en celulares y computadores, lo que abre preguntas sobre el impacto cultural y la calidad del contenido consumido.
Este cambio en la medición del rating no es solo un avance tecnológico, sino un espejo de las transformaciones culturales y económicas que atraviesa Chile. La precisión en los datos ofrece oportunidades para optimizar la inversión publicitaria y adecuar la oferta televisiva a nuevas demandas, pero también expone tensiones entre la tradición y la innovación, la representación y la exclusión.
La industria deberá afrontar la disonancia entre audiencias fragmentadas y la necesidad de construir narrativas comunes, mientras que los reguladores y académicos tienen la tarea de vigilar que esta revolución metodológica no profundice desigualdades.
En definitiva, el nuevo rating es un campo de batalla donde actores diversos —canales, anunciantes, audiencias y expertos— disputan no solo cifras, sino el futuro de la televisión y el consumo cultural en Chile.
Fuentes: Kantar Ibope Media (informes de septiembre 2025), declaraciones oficiales, análisis de medios nacionales.
2025-09-13