Israel acepta tregua en Gaza: un alto al fuego condicionado a la renuncia de Hamás al control del territorio

Israel acepta tregua en Gaza: un alto al fuego condicionado a la renuncia de Hamás al control del territorio
Internacional
Medio Oriente
2025-11-16
Fuentes
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- Tregua condicionada: Israel acepta alto al fuego solo si Hamás libera rehenes y depone las armas.

- Divergencias irreconciliables: posturas enfrentadas entre Israel, Hamás y mediadores internacionales.

- Consecuencias visibles: más de 64.000 muertos y un futuro incierto para Gaza tras meses de conflicto.

Un acuerdo a medias en el corazón del conflicto que ha devastado Gaza durante casi dos años. El 9 de septiembre de 2025, Israel aceptó una propuesta de tregua impulsada por Estados Unidos, pero bajo condiciones que mantienen la tensión y la incertidumbre en la región. La fórmula: la liberación inmediata de todos los rehenes en Gaza y la renuncia de Hamás al control del enclave. Dos exigencias que, lejos de sellar la paz, exhiben las fracturas profundas que persisten.

Origen y evolución del acuerdo

Desde octubre de 2023, la Franja de Gaza se ha convertido en un escenario de destrucción masiva, con más de 64.000 personas fallecidas bajo las ofensivas israelíes. En este contexto, la propuesta estadounidense buscó poner fin a la guerra con un alto al fuego que empezaría con la liberación de rehenes y negociaciones supervisadas por Washington.

Gideon Saar, ministro de Exteriores israelí, afirmó que “la guerra puede terminar mañana” si se cumplen estas condiciones, calificando como “crucial” que Hamás deponga las armas para garantizar un futuro mejor para Gaza y los palestinos.

Sin embargo, Hamás ha manifestado su disposición a un alto el fuego integral y a la retirada completa de las fuerzas israelíes, pero no ha aceptado renunciar al control del territorio ni al desarme, condiciones que Israel considera no negociables.

Perspectivas encontradas

Desde el lado israelí, la postura es clara: la liberación de los rehenes y el desarme de Hamás son no negociables. Para el gobierno israelí, estas exigencias son la base para cualquier paz duradera y la única vía para evitar futuras amenazas desde Gaza.

Por otro lado, Hamás y sectores palestinos ven estas condiciones como una imposición que ignora la realidad y el sufrimiento de la población civil. Fuentes palestinas expresan que la retirada israelí y el fin de la ocupación son previos a cualquier desarme. La comunidad internacional, en tanto, se encuentra dividida entre quienes apoyan la mediación estadounidense y quienes critican la falta de garantías para un proceso justo.

En Chile, analistas y académicos han observado que este episodio refleja la complejidad de los conflictos asimétricos y la dificultad de aplicar soluciones rápidas en contextos donde la desconfianza y el dolor son profundos.

Consecuencias y lecciones

Tras meses de bombardeos, bloqueos y sufrimiento, la tregua aceptada por Israel no ha significado el fin definitivo de la violencia. Las condiciones impuestas mantienen abiertas las heridas y la posibilidad de un nuevo estallido. La liberación de rehenes, aunque vital, no garantiza la estabilidad si no se acompaña de un proceso político inclusivo y respetuoso de los derechos de todas las partes.

Este episodio deja en evidencia que la paz en Gaza no puede ser un simple alto al fuego condicionado a demandas unilaterales, sino un desafío que requiere reconocimiento mutuo, justicia y reconstrucción social.

En definitiva, la tregua es un paso, pero no el destino final. El coliseo del Medio Oriente sigue abierto, y el espectador global debe mirar con atención y paciencia las próximas jugadas, conscientes de que la tragedia humana no se resuelve con discursos ni imposiciones, sino con voluntad y diálogo sostenido.