La Flotilla Global Sumud y el bloqueo a Gaza: un choque entre voluntades y soberanías

La Flotilla Global Sumud y el bloqueo a Gaza: un choque entre voluntades y soberanías
Actualidad
Conflictos sociales
2025-11-16
Fuentes
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- Más de 500 activistas de 46 países intentaron romper el bloqueo naval israelí a Gaza.

- Israel interceptó y detuvo a más de 400 personas, deportando la mayoría y reteniendo a algunos por días.

- La flotilla enfrentó ataques con drones, explosiones e interferencias, y generó reacciones internacionales divididas.

La travesía de la Flotilla Global Sumud hacia Gaza, iniciada en septiembre de 2025, se convirtió en un episodio emblemático que expuso con crudeza el conflicto palestino-israelí y las tensiones internacionales que lo rodean. Más de 500 activistas, provenientes de 46 países y organizados en una coalición civil, navegaron en una flotilla de alrededor de 50 barcos con el objetivo explícito de llevar ayuda humanitaria a la población gazatí y desafiar el bloqueo naval impuesto por Israel desde hace 18 años.El 1 de octubre, la flotilla entró en la "zona de alto riesgo" a 150 millas náuticas de Gaza, donde Israel había interceptado misiones anteriores. La respuesta israelí fue rápida y contundente: en la noche del 1 al 2 de octubre, fuerzas navales israelíes abordaron y detuvieron decenas de embarcaciones, arrestando a más de 400 personas, entre ellas activistas reconocidos como la sueca Greta Thunberg y legisladores europeos.Los detenidos fueron trasladados al puerto de Ashdod y posteriormente deportados, aunque algunos —como Thunberg y la eurodiputada francesa Rima Hassan— permanecieron retenidos varios días por tener prohibición previa de entrada a Israel.

La flotilla no solo enfrentó la intercepción militar, sino también ataques previos durante su travesía. En el puerto tunecino de Sidi Bou Said, uno de los principales barcos fue atacado por un dron, provocando un incendio controlado y daños superficiales.Durante la navegación, la flotilla denunció al menos 13 explosiones en sus cercanías, sobrevuelo de drones no identificados y cortes en las comunicaciones, que atribuyeron a una operación psicológica israelí para intimidar y recabar inteligencia.

Desde el lado israelí, el Ministerio de Relaciones Exteriores y las Fuerzas de Defensa argumentaron que la flotilla violaba un bloqueo naval legal impuesto por razones de seguridad, y acusaron a los organizadores de buscar provocaciones más que entregar ayuda, además de afirmar vínculos con Hamas, acusaciones rechazadas por la flotilla y organizaciones internacionales.

La comunidad internacional reaccionó con una mezcla de condenas, llamados a la calma y protestas. El gobierno palestino calificó la intercepción de "agresión" y "violación del derecho internacional", mientras que varios países europeos expresaron preocupación por la seguridad de los activistas y la necesidad de respetar el derecho humanitario.El presidente colombiano Gustavo Petro calificó la acción israelí como un "crimen internacional" y anunció la expulsión de diplomáticos israelíes. En Italia, manifestantes y sindicatos convocaron huelgas y marchas en solidaridad con la flotilla y el pueblo de Gaza.

Dentro de Israel, la operación fue respaldada por el gobierno y sectores políticos que sostienen la necesidad de mantener el bloqueo para prevenir el ingreso de armas a Gaza. Sin embargo, la escala y visibilidad de esta flotilla, con figuras públicas y parlamentarios a bordo, generó debates sobre la imagen internacional del país y su política hacia Gaza.

En Chile y México, la detención de activistas nacionales suscitó movilizaciones y llamados gubernamentales para garantizar la integridad y pronta liberación de los detenidos, reflejando la dimensión global y local de esta misión.

Conclusiones y consecuencias:

Este episodio confirma que, a pesar de las décadas de conflicto, la sociedad civil internacional mantiene una voluntad activa de intervenir y denunciar lo que considera injusticias humanitarias, enfrentándose a estructuras estatales que priorizan la seguridad y soberanía nacional.

La flotilla Global Sumud no logró romper el bloqueo ni entregar directamente ayuda a Gaza, pero sí logró visibilizar la crisis humanitaria y la persistente tensión entre derechos humanos y seguridad nacional en la región.

Además, la operación israelí y la respuesta internacional evidencian la complejidad de aplicar el derecho internacional en zonas de conflicto y la dificultad de conciliar la legalidad con la legitimidad moral.

Finalmente, la movilización social y mediática generada por la flotilla ha dejado una huella en la opinión pública mundial, abriendo un espacio para el debate sobre las políticas hacia Gaza y la responsabilidad de la comunidad internacional en la protección de poblaciones civiles atrapadas en conflictos prolongados.