
En un escenario que parece sacado de un drama político, el presidente argentino Javier Milei enfrentó en septiembre una derrota contundente en las elecciones provinciales de Buenos Aires, mientras que semanas después, en un giro inesperado, los mercados financieros celebraban su figura con subidas récord en las acciones argentinas en Estados Unidos.
El 8 de septiembre de 2025, Milei reconoció públicamente la derrota de su partido La Libertad Avanza (LLA) frente a la alianza peronista Fuerza Patria, que obtuvo un 47% de los votos contra un 34% de LLA en la provincia más poblada y políticamente estratégica del país. “Hemos tenido un revés electoral y hay que aceptarlo”, admitió Milei, prometiendo una autocrítica profunda y la corrección de errores de cara a las elecciones nacionales de octubre.
Sin embargo, apenas semanas después, el 27 de octubre, la bolsa argentina en Wall Street experimentó un repunte espectacular: el fondo MSCI Argentina ETF subió un 17%, mientras que acciones emblemáticas como BBVA Argentina y Banco Macro treparon más de un 30%. Este fenómeno refleja la confianza de los inversores internacionales en la agenda económica liberal y ultraliberal que Milei impulsa desde su llegada al poder en 2023.
Este choque entre la realidad política y la reacción económica abre un debate intenso y multifacético. Desde el peronismo, la derrota electoral se interpreta como un rechazo ciudadano a las políticas extremas y una reafirmación del rol del Estado en la economía y la protección social. Sectores conservadores y progresistas coinciden en la necesidad de un diálogo más amplio para evitar la polarización que amenaza la gobernabilidad.
Por otro lado, los mercados y actores financieros ven en Milei un símbolo de reformas estructurales necesarias para estabilizar una economía históricamente volátil. Thierry Larose, gestor de Vontobel, señala que “el Gobierno puede ahora reconstruir las reservas y mantener la inflación en una tendencia a la baja sin cambiar el régimen”. Sin embargo, voces más cautas como Alessandra Alecci de Carmignac advierten que Milei deberá negociar con la oposición y flexibilizar el régimen cambiario para cumplir con las obligaciones externas y sostener la confianza.
La provincia de Buenos Aires concentra el 38,6% de la población argentina y es un bastión clave para cualquier fuerza política que aspire a gobernar el país. La derrota allí representa un golpe simbólico y práctico para Milei, que ha prometido acelerar y profundizar su agenda económica pese al revés electoral.
Este escenario plantea una tensión dramática: mientras la política muestra signos de desgaste y división, la economía parece apostar por la continuidad y profundización del modelo liberal. El choque se convierte en un espectáculo donde los ciudadanos observan, expectantes, el destino de un país que navega entre la incertidumbre electoral y la volatilidad financiera.
Conclusiones y consecuencias:
- La derrota electoral de Milei en Buenos Aires confirma la resistencia política que enfrentan sus políticas ultraliberales, en un país con profundas desigualdades y una historia de intervencionismo estatal.
- La euforia de los mercados refleja una apuesta por la estabilidad macroeconómica y la apertura, pero también pone en evidencia la desconexión entre la política y las necesidades sociales inmediatas.
- El futuro político de Milei dependerá de su capacidad para negociar con la oposición y ajustar su agenda sin perder la confianza de los mercados.
- Para Argentina y la región, este episodio es una lección sobre la complejidad de combinar reformas económicas con legitimidad política en democracias fracturadas.
Este choque entre la derrota electoral y la bonanza financiera no es solo un episodio argentino, sino un reflejo de las tensiones globales entre política y economía, entre demandas sociales y expectativas del capital, que seguirán marcando el rumbo de América Latina en los próximos años.
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Fuentes: Agencia EFE, BioBioChile, El País, Bloomberg, Vontobel, Carmignac.