Alerta alimentaria por fumonisina en harina Pan: un riesgo que se gestó en silencio

Alerta alimentaria por fumonisina en harina Pan: un riesgo que se gestó en silencio
Actualidad
Salud pública
2025-11-17
Fuentes
www.latercera.com cooperativa.cl www.latercera.com www.df.cl elpais.com www.df.cl www.latercera.com www.latercera.com www.latercera.com www.latercera.com www.latercera.com www.latercera.com www.latercera.com

- Contaminación invisible: la fumonisina, una toxina fúngica, detectada meses atrás en harina Pan.

- Respuesta tardía: el Minsal emitió alerta y retiró lotes tras hallazgos en Tarapacá.

- Impacto y controversia: voces enfrentadas entre autoridades, consumidores y expertos sobre alcance y consecuencias.

Un enemigo microscópico en la despensa nacional

El pasado 6 de septiembre de 2025, el Ministerio de Salud (Minsal) emitió una alerta alimentaria tras detectar fumonisina en un lote de harina marca Pan, con niveles que superaban los límites permitidos en Chile. Esta toxina, producida por hongos del género Fusarium, es capaz de contaminar el maíz y, por ende, productos derivados como la harina. Su consumo crónico está asociado a graves riesgos para la salud, incluyendo cáncer de esófago, toxicidad hepática y renal, según el Minsal y la Organización Mundial de la Salud (OMS).

El lote afectado, identificado como 22610790, con fecha de vencimiento 20-03-2026, fue detectado en la Región de Tarapacá, lo que llevó a la institución sanitaria a ordenar el retiro inmediato del producto y a iniciar un sumario sanitario. Sin embargo, la historia detrás de esta alerta revela un entramado complejo de vigilancia, regulación y comunicación que merece ser analizado con calma y profundidad.

---

Diversas miradas en el epicentro del debate

Desde el Minsal, la explicación oficial sostiene que la fumonisina es una amenaza conocida y regulada, pero que su detección en harina Pan evidencia la necesidad de reforzar los controles, especialmente en productos importados o en tránsito. “La vigilancia nacional de micotoxinas busca prevenir riesgos mayores para la población, y este hallazgo nos obliga a intensificar esa labor,” declararon fuentes del ministerio.

En contraste, algunos expertos en seguridad alimentaria y representantes de consumidores critican la demora en la comunicación pública y la falta de información clara sobre la extensión del problema. “Detectar toxinas es el primer paso, pero la transparencia y la educación al consumidor son fundamentales para evitar pánico o desinformación,” señala la directora de una ONG dedicada a la defensa del consumidor.

Por su parte, la empresa productora de harina Pan ha mantenido una postura cautelosa, asegurando que el lote comprometido fue retirado y que están colaborando con las autoridades para esclarecer el origen de la contaminación, sin admitir responsabilidad directa por el momento.

---

Un problema con raíces históricas y socioeconómicas

La fumonisina no es un contaminante nuevo. Estudios previos, como el informe del Instituto de Salud Pública (ISP) de 2012, ya alertaban sobre los riesgos de micotoxinas en alimentos derivados del maíz, estableciendo límites basados en normativas internacionales, principalmente europeas.

El contexto chileno, con su dependencia de importaciones y la diversidad climática que favorece la proliferación de hongos en ciertas regiones, complica la vigilancia sanitaria. En zonas como Tarapacá, las condiciones ambientales pueden facilitar la aparición de Fusarium, pero la globalización de la cadena de suministro hace que el problema trascienda fronteras y controles locales.

Además, la harina Pan es un producto emblemático y de consumo masivo, lo que amplifica el impacto social y económico de la alerta. Para muchos hogares, representa un ingrediente básico y accesible, por lo que la incertidumbre generada afecta tanto la confianza en la industria como la seguridad alimentaria.

---

Voces ciudadanas y regionales: entre la preocupación y la resignación

En Tarapacá y otras regiones afectadas, la noticia fue recibida con alarma, pero también con cierta resignación. Consumidores y comerciantes expresan dudas sobre la efectividad de los controles y la capacidad del Estado para garantizar alimentos seguros.

“Nos dijeron que no consumiéramos esa harina, pero ¿qué opciones tenemos? No es fácil cambiar de marca o producto,” comenta una vecina de Iquique, reflejando una realidad común en sectores con menor acceso a alternativas.

Simultáneamente, sectores políticos han utilizado el caso para cuestionar la gestión sanitaria y exigir reformas profundas en la regulación alimentaria, mientras otros llaman a la calma y a evitar la estigmatización de productos nacionales.

---

Conclusiones y desafíos para el futuro

Este episodio pone en evidencia varias verdades incómodas: la presencia de contaminantes en alimentos básicos puede pasar desapercibida hasta que un control riguroso los detecta; la comunicación pública y la educación ciudadana son tan vitales como la acción sanitaria; y la globalización de la cadena alimentaria exige estándares y vigilancia coordinados y eficientes.

La fumonisina en harina Pan no es solo un problema puntual, sino un síntoma de desafíos estructurales en seguridad alimentaria, regulación y confianza pública. La respuesta estatal, empresarial y social marcará el camino para evitar que esta tragedia invisible se repita, y para que el consumidor chileno recupere la certeza de que lo que llega a su mesa es seguro.

En definitiva, la historia de la fumonisina en Chile invita a un debate profundo sobre cómo se construyen y mantienen las barreras contra riesgos silenciosos, y cómo la sociedad enfrenta sus propias vulnerabilidades en un mundo cada vez más interconectado.