Innovaciones tecnológicas en Chile: un impulso necesario para la agricultura, energías renovables y construcción sostenible

Innovaciones tecnológicas en Chile: un impulso necesario para la agricultura, energías renovables y construcción sostenible
Economía
Minería y Energía
2025-11-17
Fuentes
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- Agricultura resiliente frente a la crisis climática y la brecha tecnológica.

- Transición energética con startups chilenas y tecnologías globales innovadoras.

- Construcción sostenible que busca eficiencia térmica y reducción de emisiones.

Chile enfrenta una encrucijada tecnológica que atraviesa sectores clave para su desarrollo sostenible: la agricultura, la energía y la construcción. A meses de observarse los primeros frutos de innovaciones presentadas entre 2024 y 2025, el país se encuentra en un punto de inflexión donde la adopción tecnológica ya no es una opción, sino una necesidad estratégica.

En septiembre de 2025, la Fundación para la Innovación Agraria reveló que un 34% de los agricultores no invierte en equipamiento tecnológico y que el 70% de las pymes agropecuarias mantiene baja digitalización. Este dato, acompañado de la presión de la crisis climática y la escasez hídrica, impulsa un llamado urgente para acelerar la digitalización del agro. Luz María García, gerenta general de ACTI, afirma que "digitalizar la agricultura no es una opción, es una necesidad estratégica para enfrentar el futuro con resiliencia, productividad y equidad territorial".

En paralelo, el sector energético muestra señales de transformación con la emergencia de startups nacionales como Suncast, Litiohm y Quempin, que innovan en áreas como la predicción de generación renovable con inteligencia artificial, baterías inteligentes para plantas solares y quemadores para hidrógeno verde, respectivamente. Según cifras del Coordinador Eléctrico Nacional, el 65% de la matriz energética chilena proviene de renovables, pero la falta de infraestructura y sistemas de almacenamiento limita su expansión. El académico Samuel Córdova, de la Universidad Católica, proyecta un aumento en la demanda energética vinculada a electromovilidad y producción de hidrógeno verde en los próximos 10 a 20 años.

En un plano más amplio, innovaciones globales como el "cemento superfrío" desarrollado en China, capaz de reflejar la luz solar y reducir la temperatura interior de edificios en 5,4 grados sin aire acondicionado, y los materiales de construcción con capacidad de termorregulación inspirados en procesos biológicos (como la evaporación del sudor humano), apuntan hacia un futuro donde la eficiencia energética y la reducción del impacto ambiental serán pilares fundamentales. El cemento tradicional es responsable de hasta un 9% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, por lo que alternativas que capturen CO2 o reduzcan el uso de materiales contaminantes son urgentes.

Amir Farnam, investigador de la Universidad de Drexel, destaca que "los edificios que funcionan como gigantescas baterías térmicas y materiales autorreparables representan un avance significativo para la sostenibilidad".

No obstante, la adopción de estas innovaciones enfrenta retos socioeconómicos y culturales. Luis A. Pérez-Maqueda, del Instituto de Ciencia de Materiales de Sevilla, señala que "incrementar el costo de la vivienda y la falta de formación en el sector construcción ralentizan la implementación masiva de estos avances". Sin embargo, la experiencia con la instalación generalizada de paneles solares muestra que el tiempo y la presión económica pueden acelerar la incorporación de tecnologías sostenibles.

Distintas voces convergen en la necesidad de un impulso coordinado que integre políticas públicas, inversión privada y formación técnica para que Chile pueda capitalizar estas innovaciones. El desafío es mayúsculo, pero las señales de maduración tecnológica y el compromiso creciente del sector privado y académico configuran una oportunidad histórica para que el país avance hacia un modelo productivo y energético más resiliente y sustentable.

En definitiva, la historia que se escribe hoy en Chile es la de un país que, ante la urgencia climática y la competencia global, debe transformar su matriz productiva y energética con inteligencia, innovación y equidad territorial. El futuro, en este escenario, depende tanto de la tecnología como de la voluntad colectiva para adoptarla y adaptarla a las particularidades nacionales.