Temblores en Chile: un recordatorio persistente de un país en constante movimiento

Temblores en Chile: un recordatorio persistente de un país en constante movimiento
Actualidad
Sociedad
2025-11-17
Fuentes
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- Persistente actividad sísmica en el país durante 2025.

- Recomendaciones oficiales para enfrentar temblores.

- Debate social y político sobre preparación y prevención.

Chile, tierra de temblores. Durante 2025, el país ha experimentado una serie de movimientos sísmicos que, aunque en su mayoría han sido de baja a moderada intensidad, mantienen a la sociedad en un estado de alerta latente. Entre febrero y noviembre, el Centro Sismológico Nacional (CSN) ha reportado múltiples eventos, con magnitudes que han oscilado entre 2.6 y 4.9, localizados en diversas regiones desde Arica hasta Socaire. Esta constante actividad recuerda que Chile se encuentra en el límite convergente de las placas tectónicas de Nazca y Sudamericana, dentro del llamado Cinturón de Fuego del Pacífico, una de las zonas más sísmicas del planeta.

Un país acostumbrado, pero no inmune

La historia sísmica chilena es vasta y dolorosa. El terremoto de Valdivia en 1960, con una magnitud de 9.5, sigue siendo el más potente registrado en el mundo moderno. Sin embargo, los sismos frecuentes que se producen día a día, como los reportados en 2025, no suelen generar daños significativos, pero sí mantienen viva la memoria colectiva y la preocupación ciudadana.

El Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (Senapred) ha reforzado durante el año sus campañas educativas, recordando a la población las medidas básicas para enfrentar un sismo: mantener la calma, buscar zonas seguras, evitar el pánico y preparar una mochila de emergencia con elementos esenciales.“La prevención salva vidas”, ha enfatizado la directora de Senapred en diversas entrevistas.

Voces en el debate: desde la política hasta la comunidad

No obstante, la percepción social sobre la preparación ante desastres es diversa y, a veces, contradictoria. Desde el ámbito político, algunos sectores han criticado la falta de inversión suficiente en infraestructura antisísmica y en sistemas de alerta temprana, mientras que otros defienden los avances logrados en las últimas décadas.

En regiones más afectadas por la actividad sísmica, la preocupación es palpable. Habitantes de zonas como Atacama, Coquimbo y la Región Metropolitana han expresado en foros ciudadanos y redes sociales su inquietud por la vulnerabilidad de algunas construcciones y la necesidad de fortalecer la educación en prevención.

Desde la academia, expertos en geología y sismología han aportado con análisis rigurosos que explican que la ocurrencia de enjambres sísmicos —grupos de temblores menores sin un evento principal— es un fenómeno natural en zonas tectónicamente activas, pero que no necesariamente anticipa un gran terremoto. Sin embargo, advierten que el llamado “silencio sísmico” o períodos prolongados sin movimientos significativos pueden indicar acumulación de tensión, lo que requiere vigilancia constante.“No podemos predecir con certeza cuándo ocurrirá un gran sismo, pero sí podemos prepararnos mejor”, señala un destacado investigador del CSN.

Constataciones y consecuencias

Tras meses de seguimiento, se concluye que la actividad sísmica en Chile durante 2025 es consistente con su ubicación geológica, sin señales claras de un evento catastrófico inminente, pero con la urgencia permanente de mantener y mejorar las medidas de prevención y respuesta.

El desafío para Chile es doble: por un lado, continuar fortaleciendo la infraestructura y sistemas de alerta; por otro, fomentar una cultura ciudadana que integre el conocimiento científico con la práctica cotidiana, reduciendo así la ansiedad y el pánico cuando la tierra vuelve a moverse.

En definitiva, Chile sigue siendo un país en movimiento, no solo en su suelo, sino también en la reflexión colectiva sobre cómo vivir con ese movimiento, transformando la tragedia potencial en resiliencia y aprendizaje.