
Un paso en justicia para los adultos mayores, pero no sin controversias
El 2 de septiembre de 2025, el Presidente Gabriel Boric recibió a cientos de adultos mayores en La Moneda para anunciar el aumento de la Pensión Garantizada Universal (PGU) a 250 mil pesos para quienes tienen 82 años o más. Este avance, resultado de acuerdos políticos que buscan poner en el centro a las personas más vulnerables, fue presentado como un hito en la reforma previsional que se extenderá en los próximos meses.
"Fue un avance posible gracias a la buena política y a los acuerdos que permiten poner en el centro a las chilenas y chilenos. Este gran paso en la implementación de la reforma a las pensiones, que continuará extendiéndose en los próximos meses, es justicia y dignidad para las familias de Chile", afirmó el Presidente Boric en la ceremonia, acompañado por la ministra vocera Camila Vallejo y el ministro del Trabajo Giorgio Boccardo.
Este aumento ha sido recibido con esperanza y alivio por parte de una parte significativa de la población adulta mayor, que ve en la PGU una garantía mínima para enfrentar la vejez con mayor dignidad. Sin embargo, no ha estado exento de críticas y preocupaciones.
Desde sectores de oposición, se ha cuestionado la sostenibilidad fiscal del incremento, alertando sobre el impacto en las finanzas públicas y la necesidad de un debate más amplio sobre el sistema previsional chileno. "Aumentar la PGU sin una reforma estructural profunda podría generar un efecto rebote en la economía y no resolver el problema de fondo", expresó un diputado de centro derecha.
Por su parte, organizaciones sociales y expertos en seguridad social han señalado que, aunque el aumento es un avance, aún queda pendiente ampliar la cobertura y mejorar la calidad de las pensiones para un grupo mucho más amplio de adultos mayores, especialmente aquellos entre 65 y 81 años, que siguen enfrentando precariedad.
El efecto del aumento de la PGU se ha sentido con particular fuerza en regiones con alta concentración de población envejecida y menores ingresos, como la Araucanía y el Biobío. Allí, la medida ha sido celebrada como un alivio económico tangible.
No obstante, voces desde el mundo rural advierten que la PGU por sí sola no soluciona las desigualdades estructurales que afectan a los adultos mayores, incluyendo acceso a salud, vivienda y servicios básicos.
A casi tres meses del anuncio, la implementación del aumento a la PGU ha evidenciado tanto avances concretos como tensiones latentes en el debate previsional chileno. El Gobierno ha logrado un consenso político para avanzar en la reforma, pero la discusión sobre su alcance, financiamiento y equidad sigue abierta.
La experiencia reciente muestra que la PGU puede ser un instrumento clave para mejorar la calidad de vida de los adultos mayores, pero su éxito dependerá de la capacidad de articular políticas complementarias y de abordar las demandas de distintos sectores sociales y territoriales.
En definitiva, el aumento a la PGU representa una victoria parcial en la lucha por la justicia social en Chile, pero el coliseo político y social donde se dirimen las pensiones sigue abierto, con protagonistas que desafían al tiempo y a la historia misma del sistema de seguridad social.
---
_Fuentes: Cooperativa.cl, declaraciones oficiales Presidencia de la República, análisis de expertos en seguridad social._
2025-11-05
2025-11-07
2025-11-12