
Un pulso político que se arrastra desde agosto y que, con el paso de los meses, ha dejado al descubierto las fracturas internas del Partido Comunista (PC) y su influencia en la campaña presidencial de Jeannette Jara.
El 31 de agosto de 2025, Lautaro Carmona, presidente del PC, emitió declaraciones desestimando el impacto negativo que sus críticas a Mario Marcel, exministro de Hacienda, habrían tenido en la candidatura de Jara. En un discurso durante la conmemoración del segundo aniversario del fallecimiento de Guillermo Teillier, Carmona afirmó que las acusaciones contra el PC eran "muy injustas" y defendió la continuidad de la línea política del partido, construida "con tanto sacrificio y convicción por décadas".
Sin embargo, estas palabras no han logrado apaciguar las tensiones. La crítica pública ha abierto un debate profundo sobre la cohesión interna del PC y su rol en la coalición de izquierda que respalda a Jara, especialmente cuando algunos actores políticos y analistas advierten que estas disputas podrían haber debilitado la percepción ciudadana sobre la candidatura.
Desde el PC, la defensa de Carmona se basa en la convicción de que la crítica política es parte del juego democrático y que la campaña de Jara posee un respaldo sólido y colectivo. "No polemizaré con nadie respecto a lo que es el transparente, público, evidente y colectivo compromiso representado en el respaldo a Jara", dijo Carmona, intentando cerrar la puerta a mayor conflictividad.
Por otro lado, sectores más críticos dentro y fuera del partido consideran que estas expresiones públicas evidencian una falta de coordinación estratégica que podría haber beneficiado a la oposición. Algunos analistas políticos consultados señalan que la disputa refleja una tensión histórica entre la necesidad de mantener una identidad partidaria fuerte y la urgencia de construir unidad electoral amplia.
En regiones, la percepción es también diversa. Mientras en algunas zonas la militancia del PC mantiene un apoyo férreo a la candidatura de Jara, en otras se observa un desgaste en la movilización, atribuido en parte a la imagen de división interna.
A casi tres meses de estas declaraciones, el balance es complejo. La candidatura de Jeannette Jara ha logrado mantener su base electoral, pero no ha logrado consolidar un crecimiento sostenido en las encuestas. La disputa interna ha servido para poner en evidencia la dificultad de equilibrar la crítica política con la disciplina de coalición en un escenario electoral polarizado.
Este episodio también ha reavivado el debate sobre la forma en que los partidos de izquierda deben manejar sus diferencias internas en público, especialmente en contextos donde la unidad es clave para enfrentar a una oposición fragmentada pero agresiva.
La historia de Carmona y Jara no es solo una anécdota de la campaña presidencial, sino una ventana hacia las complejidades del sistema político chileno actual. Muestra cómo las tensiones internas pueden trascender las paredes partidarias y afectar la percepción pública, en un momento donde la confianza ciudadana en la política sigue siendo frágil.
En definitiva, este episodio invita a una reflexión más profunda sobre la necesidad de diálogo interno sincero y estrategias conjuntas que puedan sostener no solo candidaturas, sino también la legitimidad democrática en un país que busca estabilidad y transformación.
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Fuentes consultadas: Radio Cooperativa, Diario Financiero, análisis de expertos políticos nacionales y regionales.
2025-11-11