Sismo en El Teniente: ¿Alivio o señal de alarma? Un mes después del derrumbe fatal

Sismo en El Teniente: ¿Alivio o señal de alarma? Un mes después del derrumbe fatal
Actualidad
Conflictos sociales
2025-11-17
Fuentes
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- Un sismo menor en una zona no operativa de El Teniente desató temores tras tragedia reciente.

- Contrastes entre la versión oficial y datos del Centro Sismológico Nacional.

- Voces divididas entre trabajadores, expertos y autoridades sobre riesgos y gestión minera.

El 31 de agosto de 2025, un sismo de baja magnitud sacudió la División El Teniente de Codelco, ubicado en la Región de O’Higgins. A las 12:41 horas, la empresa reportó un movimiento telúrico de 2,3 grados en la escala de Richter, bajo la cota 1.518, zona declarada no operativa. La reacción inmediata fue activar protocolos de seguridad: detención de actividades, evacuación de trabajadores a zonas seguras y comunicación con Sernageomin. “No se han reportado trabajadores lesionados y se evalúan las condiciones antes de definir próximas acciones”, afirmó Codelco en un comunicado oficial.

Este episodio, aunque menor en intensidad, no puede desligarse del recuerdo reciente y trágico que aún pesa sobre la faena minera. El 3 de agosto, un sismo de 4,2 grados provocó un derrumbe en el sector Andesita, causando la muerte de seis trabajadores y dejando a otros heridos y desaparecidos. La investigación sobre si aquel movimiento fue natural o inducido por las actividades mineras sigue abierta, alimentando la incertidumbre y la tensión entre diversos actores.

Sin embargo, la versión oficial de Codelco sobre el sismo del 31 de agosto ha sido cuestionada por el Centro Sismológico Nacional de la Universidad de Chile, que hasta el cierre de la edición no registraba ningún movimiento telúrico de esa magnitud en la región. Esta discrepancia ha abierto un debate sobre la transparencia y precisión en la información entregada a la opinión pública y a los trabajadores.

Desde el punto de vista de los trabajadores y sus representantes sindicales, el sismo fue un recordatorio inquietante de los riesgos latentes. “Aunque nos aseguren que fue en zona no operativa, la tierra tiembla bajo nuestros pies y no sabemos qué puede pasar en las áreas activas,” señaló un dirigente sindical que prefirió mantenerse en el anonimato.

En contraste, expertos en geología y minería consultados coinciden en que movimientos de esta magnitud son relativamente comunes en la zona y que los protocolos de seguridad se han fortalecido tras la tragedia de agosto, aunque admiten que la presión por mantener la producción puede afectar la percepción de riesgos.

Las autoridades regionales han llamado a la calma, pero también a no bajar la guardia. La Superintendencia de Seguridad Minera ha reforzado las inspecciones y exige a Codelco y otras mineras un reporte detallado y actualizado de riesgos sísmicos y medidas preventivas.

Este episodio, aparentemente menor, refleja las tensiones profundas que atraviesan la minería chilena: la necesidad de producción y rentabilidad frente a la seguridad y la vida de los trabajadores; la confianza en las instituciones frente a la desconfianza ciudadana; y la incertidumbre sobre cómo manejar un territorio que es a la vez fuente de riqueza y de tragedia.

En definitiva, la verdad que emerge con claridad es que el suelo de El Teniente sigue siendo un escenario de riesgo latente, donde cada temblor, por pequeño que sea, resuena con el eco de la tragedia reciente. Las consecuencias visibles son una mayor exigencia social y técnica para que la minería no solo sea rentable, sino también segura y transparente. La historia de estos días invita a una reflexión profunda sobre cómo Chile quiere gestionar sus recursos y proteger a quienes trabajan en ellos.