
Un conflicto anunciado y ahora ineludible. La candidatura presidencial de Jeannette Jara, lanzada con la esperanza de representar la unidad del bloque oficialista, se ha convertido en el epicentro de una disputa que desnuda las tensiones históricas y actuales dentro del Partido Comunista (PC). Desde su postulación y triunfo en las primarias del pacto oficialista en julio de 2025, las diferencias entre Jara y la directiva del PC, encabezada por Lautaro Carmona, han escalado hasta un punto de no retorno.
Por un lado, la candidata ha intentado posicionarse como una figura pragmática, incluso declarándose socialdemócrata, una etiqueta que para el PC ha sido siempre un anatema. 'La socialdemocracia ha sido uno de los peores enemigos del comunismo desde sus orígenes', advierten voces oficiales del partido. Este gesto no solo ha irritado a la dirigencia, sino que ha puesto en evidencia una desconexión profunda con la doctrina histórica del PC.
En contraparte, la directiva, representada por Carmona, ha mantenido una postura rígida y doctrinaria, rechazando cualquier desviación que pueda diluir la identidad comunista. 'La doctrina del partido no cambiará por una aventura personal que tiene pocos meses de vida', enfatizan desde la cúpula, dejando claro que no habrá concesiones ni flexibilidades tácticas para la candidatura.
El desencuentro no se limita al PC. En la coalición oficialista, figuras como Ricardo Lagos Weber y Paulina Vodanovic han expresado preocupación por el impacto negativo que esta fractura podría tener en la campaña y en la percepción ciudadana. Mientras tanto, los parlamentarios comunistas permanecen en silencio, evidenciando una paradoja interna.
Desde la derecha, algunos analistas sugieren que esta disputa podría ser una puesta en escena para simular conflicto y luego mostrar concordancia, pero la realidad que emerge de múltiples fuentes es que el distanciamiento es genuino y profundo.
Este episodio pone en evidencia la dificultad de conciliar la tradición doctrinaria del PC con las demandas pragmáticas de una candidatura presidencial en un Chile cada vez más complejo y fragmentado. La incapacidad de Jara para alinear su proyecto con las expectativas y lineamientos del partido ha generado un desgaste político que podría comprometer no solo su candidatura, sino también la coherencia interna del PC y la fortaleza del bloque oficialista.
La renuncia o suspensión de militancia de Jara, una salida que algunos esperaban, fue descartada tras la intervención de Daniel Jadue en agosto de 2025, consolidando así la permanencia de la candidata pero sin resolver las tensiones.
Finalmente, esta historia revela una verdad incómoda: en el juego político chileno, las fracturas internas pueden ser tan dañinas como las derrotas electorales externas. La candidatura de Jeannette Jara no solo enfrenta a sus adversarios en las urnas, sino a un enemigo interno que no está dispuesto a ceder terreno doctrinal ni estratégico, dejando al descubierto las profundas grietas que atraviesan al Partido Comunista en su intento por adaptarse a los desafíos del presente.
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Fuentes consultadas: análisis de La Tercera (31-08-2025), declaraciones oficiales del PC, entrevistas a figuras de la coalición oficialista y expertos en política chilena.