Prisión preventiva para “El Krosty” por el asesinato de Krishna Aguilera: un caso que desnuda las grietas del narcotráfico juvenil

Prisión preventiva para “El Krosty” por el asesinato de Krishna Aguilera: un caso que desnuda las grietas del narcotráfico juvenil
Actualidad
Crimen y seguridad
2025-11-17
Fuentes
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- Secuestro y homicidio de una joven de 19 años vinculada a redes narco.

- Prisión preventiva para el principal imputado, alias “El Krosty”.

- Conflicto interno en bandas criminales y consecuencias sociales visibles.

El 4 de octubre de 2025, Krishna Francisca Aguilera Yáñez desapareció en San Bernardo. Veinte días después, su cuerpo fue hallado en Calera de Tango, con signos que indicaban un secuestro y homicidio. Este caso, que ha conmocionado a la región Metropolitana, ha puesto al descubierto no solo la brutalidad de una banda narco local, sino también la complejidad de las redes juveniles que operan bajo la sombra del narcotráfico.

El 16 de noviembre, el Juzgado de Garantía de San Bernardo decretó prisión preventiva para Luis Armando Inostroza, conocido como “El Krosty”, acusado de ser autor material del secuestro y homicidio de Krishna. Su captura y formalización se inscriben en una investigación que también involucró a Kevin Aillapán, ligado como encubridor y sometido a arresto domiciliario total.

Un crimen con múltiples actores y narrativas

Desde la Fiscalía Occidente, se sostiene que la muerte de Krishna fue una represalia directa de la banda liderada por Juan Beltrán, actualmente en prisión preventiva, quien reclutaba menores para la distribución de drogas. Krishna, madre de una niña de cuatro años, habría estado inmersa en este engranaje criminal, lo que, según la investigación, motivó la venganza tras una pérdida de droga que afectó a la organización.

“Es un caso que refleja la tragedia de la juventud atrapada en redes delictuales que no solo destruyen vidas, sino que también fracturan comunidades enteras”, señala el sociólogo Diego Márquez, experto en violencia urbana.

Perspectivas contrapuestas

Desde el mundo judicial, la prisión preventiva de “El Krosty” es vista como un paso necesario para asegurar la investigación y evitar la impunidad. Sin embargo, voces desde organizaciones sociales y de derechos humanos advierten que el foco no debe quedar solo en la sanción penal, sino en entender y abordar las causas estructurales que llevan a jóvenes como Krishna a involucrarse en estas redes.

“No basta con castigar, hay que prevenir y ofrecer alternativas reales para que la juventud no sea carne de cañón del narcotráfico”, afirma María González, coordinadora de una ONG que trabaja con jóvenes en riesgo.

Por otro lado, sectores políticos conservadores han utilizado el caso para demandar mayor mano dura y recursos para las policías, mientras que algunos parlamentarios de izquierda insisten en políticas integrales que combinen justicia con inclusión social.

Consecuencias y lecciones visibles

El caso de Krishna Aguilera no es un hecho aislado, sino la punta del iceberg de un fenómeno que afecta a múltiples comunas del Gran Santiago y otras regiones. La investigación ha puesto en evidencia la capacidad de las bandas para reclutar menores y la dificultad que enfrentan las instituciones para desarticular estos grupos sin un acompañamiento social efectivo.

Además, la brutalidad del crimen y la posterior judicialización han generado un debate público sobre la seguridad, la justicia juvenil y el rol del Estado en la prevención del delito.

En definitiva, la prisión preventiva para “El Krosty” marca un hito en la investigación, pero también abre una ventana para reflexionar sobre las causas profundas del narcotráfico juvenil y las respuestas que la sociedad chilena está dispuesta a asumir.

Este caso, con sus múltiples aristas y voces en pugna, invita a mirar más allá del titular y a comprender que detrás de cada tragedia hay un entramado social complejo que demanda atención y acción sostenida.