
Un choque en el corazón del oficialismo ha marcado las semanas previas a las elecciones presidenciales de 2025 en Chile. Lautaro Carmona, presidente del Partido Comunista (PC), lanzó duras críticas al exministro de Hacienda Mario Marcel, cuestionando la prioridad otorgada al equilibrio fiscal por sobre las necesidades sociales. Esta postura, lejos de ser un simple desacuerdo técnico, desató una tormenta política que evidenció las tensiones internas de la coalición que sustenta a la candidata presidencial Jeannette Jara.
Desde distintos sectores del oficialismo y del comando de Jara, las palabras de Carmona fueron rechazadas con firmeza. La propia candidata declaró que "no comparto en absoluto" las afirmaciones del líder comunista, mientras figuras de la Concertación como Ignacio Walker y Nicolás Eyzaguirre cuestionaron la intencionalidad detrás de sus declaraciones.
Para Carmona, sin embargo, estas críticas no solo son un ejercicio legítimo de su rol político, sino que forman parte de una disputa que considera necesaria para expresar las distintas miradas dentro de la izquierda. "Yo tengo una obligación política porque represento a una organización que tiene un punto, una mirada, como otros también la tienen", afirmó en una comparecencia pública frente al Museo de la Memoria y los Derechos Humanos. El dirigente pidió que las diferencias se expresen "con altura de miras y respeto", evidenciando que la disputa va más allá de un simple desacuerdo, sino que refleja una lucha por definir el rumbo político del sector.
En medio de esta crisis, Carmona defendió con vehemencia su compromiso con la campaña de Jara. Contrario a las acusaciones de que podría estar perjudicando la candidatura, aseguró que el PC ha estado presente y activo en todas las instancias, respaldando "hasta el final" la postulación de Jeannette Jara. Esta defensa incluye también el apoyo irrestricto al exalcalde Daniel Jadue, cuya candidatura a diputado ha estado manchada por acusaciones en el caso Farmacias Populares, y que ha generado incomodidad incluso dentro del propio PC y la coalición oficialista.
La controversia en torno a Jadue ha sido un punto de fricción interno, con Jara expresando su preferencia porque el exjefe comunal se dedicara a su defensa judicial en lugar de la campaña política. No obstante, Carmona reafirmó que el partido mantiene su respaldo a Jadue, consolidando una postura que puede interpretarse como un desafío a las críticas internas y externas.
Desde la perspectiva del oficialismo más moderado, estas tensiones representan un desgaste que podría afectar la cohesión electoral y la percepción pública de la candidatura presidencial. Algunos sectores alertan que la disputa pública y la falta de unidad podrían abrir espacios para la oposición, debilitando una coalición que ya enfrenta desafíos en materia económica y social.
En contraste, para el PC y sus seguidores, la defensa de sus posiciones y candidatos es una muestra de autenticidad y compromiso con un proyecto político que busca priorizar las demandas sociales sobre las ortodoxias fiscales. Esta postura, sin embargo, genera disonancia cognitiva entre quienes valoran la gobernabilidad y la unidad frente a quienes exigen coherencia ideológica y confrontación de las políticas tradicionales.
Verdades y consecuencias que emergen de esta historia son claras: la izquierda chilena enfrenta una encrucijada entre mantener la unidad estratégica o profundizar sus diferencias internas. Las disputas públicas, lejos de ser episodios aislados, revelan fracturas estructurales que podrían definir el futuro político del sector. La campaña de Jeannette Jara, aunque cuenta con el apoyo formal del PC, deberá navegar entre la crítica interna y la necesidad de presentar una imagen cohesionada al electorado.
Este episodio también pone en evidencia la complejidad de las alianzas políticas en Chile, donde la pluralidad de voces y agendas puede ser tanto una fortaleza como un desafío para la gobernabilidad y la estabilidad electoral. La tensión entre la autonomía de los partidos y la disciplina de coalición seguirá siendo un tema central en la política chilena de los próximos meses.