
Una disputa que trasciende fronteras y normas establecidas ha marcado el último semestre en Washington. El 26 de agosto de 2025, el presidente Donald Trump anunció el despido de Lisa Cook, gobernadora de la Reserva Federal (Fed), alegando declaraciones falsas en solicitudes hipotecarias. Este despido, inédito en la historia reciente de la Fed, desencadenó una demanda judicial presentada por Cook el 29 de agosto, en la cual se acusa a la Administración Trump de un despido injustificado y motivado políticamente.
Lisa Cook, reconocida economista y miembro de la Junta de Gobernadores de la Fed, fue acusada por la Casa Blanca de haber cometido irregularidades en procesos hipotecarios. Sin embargo, la demanda presentada por Cook sostiene que estas acusaciones carecen de sustento y que la verdadera razón detrás del despido es la presión política para modificar la política monetaria. Cook solicita que la justicia anule su destitución, argumentando que un presidente solo puede remover a un gobernador de la Fed por mala conducta comprobada, no por desacuerdos políticos.
La Fed, a su vez, ha declarado que respetará las decisiones judiciales, pero ha recordado la importancia de las protecciones legales que garantizan la independencia de sus miembros para asegurar que las decisiones se basen en análisis económicos rigurosos y no en presiones externas.
Desde el ala política republicana, el despido ha sido defendido como un acto legítimo de control ejecutivo, enfatizando que la gestión de Cook podría haber comprometido la confianza en las instituciones financieras. En contraste, voces demócratas y economistas independientes han alertado sobre el riesgo de erosionar la autonomía de la Fed, un pilar fundamental para la estabilidad económica de Estados Unidos y, por extensión, del sistema financiero global.
Regionalmente, expertos en América Latina observan con preocupación cómo esta disputa podría impactar en las políticas monetarias y financieras de la región, dada la influencia que tiene la Fed sobre los mercados emergentes y las tasas de interés internacionales.
Entre la sociedad civil y académicos, el caso ha abierto un debate profundo sobre los límites del poder presidencial y la necesidad de mantener instituciones autónomas que eviten la politización de decisiones económicas cruciales.
A tres meses del inicio del litigio, la incertidumbre sobre la continuidad de Cook en la Fed persiste, generando tensiones en los mercados y cuestionamientos sobre el equilibrio de poderes en Estados Unidos. Esta batalla no solo pone a prueba la fortaleza institucional de la Reserva Federal, sino que también obliga a reflexionar sobre cómo se defienden las garantías democráticas frente a presiones políticas.
En última instancia, el caso Lisa Cook contra Trump revela una verdad incómoda: la independencia de las instituciones económicas es frágil y puede ser vulnerada cuando el poder político busca imponer su voluntad a costa de normas y procedimientos establecidos. La resolución judicial que se avecina no solo decidirá el futuro de una persona, sino que sentará un precedente sobre el respeto a la autonomía técnica en la conducción de la política monetaria.
Este episodio invita a ciudadanos y especialistas a no perder de vista que, más allá de titulares y confrontaciones, la estabilidad económica global depende de la integridad y autonomía de sus instituciones, y que la defensa de estos principios es un desafío constante en tiempos de polarización política.
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Fuentes consultadas incluyen Cooperativa.cl, análisis de expertos en política monetaria y reportes internacionales sobre la influencia de la Fed en la economía global.