La arempanada y la disputa cultural que sacudió las Fiestas Patrias: ¿innovación o apropiación?

La arempanada y la disputa cultural que sacudió las Fiestas Patrias: ¿innovación o apropiación?
Actualidad
Sociedad
2025-11-17
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- Fusión culinaria inédita: mezcla de empanada chilena y arepa venezolana.

- Choque cultural: debate entre innovación gastronómica y defensa de tradiciones.

- Voces enfrentadas: desde celebraciones de diversidad hasta acusaciones de apropiación cultural.

En las semanas previas a las Fiestas Patrias 2025, un plato inesperado se convirtió en el centro de un intenso debate que cruzó fronteras y sensibilidades: la llamada "arempanada", una fusión entre la tradicional empanada de pino chilena y la masa de la arepa venezolana. Esta combinación, popularizada por una ciudadana venezolana en TikTok, mostró el clásico relleno de vacuno, cebolla, aceitunas y pasas, pero con la base de maíz típica de las arepas, desatando una ola de reacciones encontradas en redes sociales y espacios de conversación pública.

"Arepas de pino, una fusión que no te puedes perder, dos culturas en un solo plato", anunciaba la creadora, invitando a guardar la receta y probar esta mezcla que, para algunos, simbolizaba un encuentro entre tradiciones latinoamericanas.

Sin embargo, no todos vieron con buenos ojos esta innovación. Para un sector de la opinión pública, la arempanada representó una apropiación cultural y una amenaza a la pureza de una de las comidas más emblemáticas de Chile. En palabras de un usuario en Twitter, "Mínimo esa hueá es una apropiación cultural", reflejando el sentimiento de quienes defienden el formato original de la empanada y su valor simbólico en la identidad nacional.

Este choque no es nuevo en la historia gastronómica, pero la rapidez y la viralidad de las redes sociales potenciaron la polarización. Desde una perspectiva más amplia, el fenómeno revela tensiones sociales y culturales en un país que ha experimentado un aumento significativo de migración en la última década, especialmente desde Venezuela.

Analistas culturales destacan que la controversia trasciende la cocina y pone en escena las dinámicas de integración, identidad y resistencia. Mientras algunos sectores valoran la innovación y el mestizaje como parte natural de las culturas vivas, otros interpretan estos gestos como un riesgo para la conservación del patrimonio cultural.

Desde el ámbito político, las reacciones también fueron diversas. Algunos representantes de comunidades migrantes celebraron la arempanada como un símbolo de convivencia y enriquecimiento mutuo, mientras que figuras conservadoras aprovecharon la polémica para reivindicar discursos de protección cultural y nacionalismo gastronómico.

En regiones, donde las empanadas tienen variaciones propias, el debate cobró matices adicionales. Por ejemplo, en el sur del país, donde la empanada de pino es menos tradicional, la discusión fue menos intensa, mientras que en el centro y norte, epicentros de la celebración patria, las pasiones se avivaron con mayor fuerza.

En definitiva, la historia de la arempanada es un espejo de la sociedad chilena actual, donde las identidades se negocian y las fronteras culturales se vuelven porosas, generando tanto encuentros fructíferos como tensiones profundas.

La verdad que emerge tras meses de debate es que la gastronomía, como expresión cultural, no es un territorio estático ni cerrado. Por el contrario, es un espacio de diálogo y disputa donde se manifiestan los desafíos de una sociedad diversa en transformación.

Queda claro que, más allá de la receta, lo que está en juego es la manera en que Chile enfrenta su pluralidad y construye su identidad en un mundo globalizado. La arempanada, en su simpleza, abrió una puerta para repensar el valor de las tradiciones y la posibilidad de reinventarlas sin borrar sus raíces.