
José Antonio Kast, candidato presidencial de derecha, selló su paso al balotaje tras la primera vuelta electoral del 16 de noviembre de 2025, un hecho que ha reactivado el debate sobre el rumbo político y económico del país, así como las heridas históricas que aún persisten en la sociedad chilena.
El domingo 16 de noviembre, Kast obtuvo la mayoría relativa de votos, asegurando su presencia en la segunda vuelta fijada para el 14 de diciembre. Este avance fue rápidamente celebrado por figuras emblemáticas del sector liberal-conservador, entre ellos José Piñera, economista y exministro durante la dictadura, reconocido por haber impulsado el sistema de AFP.
En un gesto cargado de simbolismo, Piñera publicó en redes sociales un mensaje donde calificó la victoria parcial de Kast como 'un gran triunfo para la libertad y el modelo de libre mercado', acompañando su mensaje con una imagen de un artículo del Wall Street Journal de 1980 titulado "Welcome Back, Chile". Este artículo resaltaba entonces los logros económicos alcanzados bajo las políticas neoliberales aplicadas durante la dictadura militar, destacando la reducción de la inflación y el desempleo a costa de una profunda transformación del Estado y la sociedad.
El apoyo de Piñera a Kast no es casual ni aislado. Para sectores conservadores y liberales, el candidato representa la posibilidad de retomar un modelo económico que privilegia la apertura de mercados, la reducción del gasto público y la promoción de la iniciativa privada. Como explican sus adherentes, la continuidad de este modelo es vista como la única vía para asegurar estabilidad y crecimiento en un contexto global complejo.
Sin embargo, para amplios sectores de la sociedad y la oposición política, el avance de Kast despierta preocupación y rechazo. Desde la izquierda y movimientos sociales, se interpreta como un retroceso que podría profundizar las desigualdades y revivir prácticas autoritarias del pasado. La figura de Piñera, ligada a la dictadura y a las reformas económicas que marcaron un quiebre social, es un recordatorio incómodo para quienes exigen justicia social y reconocimiento de derechos.
El balotaje también ha puesto en evidencia las profundas divisiones regionales. En zonas urbanas y del centro del país, el discurso de libertad económica y orden público ha tenido mejor recepción, mientras que en regiones históricamente marginadas, como La Araucanía, persiste un rechazo marcado, vinculado a demandas indígenas y sociales.
Las recientes elecciones parlamentarias mostraron además la llegada de nuevos rostros que representan tanto la continuidad como la renovación política, reflejando un Chile fragmentado y en búsqueda de respuestas.
A semanas de la segunda vuelta, es posible concluir que la victoria parcial de Kast no solo es un triunfo electoral, sino un fenómeno que reaviva tensiones históricas y sociales. El respaldo de José Piñera simboliza un anhelo de retorno a un modelo que, para sus partidarios, es sinónimo de progreso y libertad, pero que para otros representa exclusión y memoria dolorosa.
Este escenario obliga a una reflexión profunda sobre la dirección que Chile desea tomar: ¿será posible un diálogo que integre las distintas voces y experiencias, o la polarización se profundizará en detrimento del tejido social? La respuesta, por ahora, permanece abierta, pero con consecuencias palpables en la política, la economía y la convivencia nacional.
Fuentes consultadas incluyen publicaciones de La Tercera, Diario Financiero y análisis históricos del Wall Street Journal, junto con declaraciones públicas y redes sociales de los protagonistas.
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Este texto busca ofrecer una visión completa y analítica de un proceso electoral que trasciende la inmediatez, invitando a sus lectores a comprender las complejidades y las múltiples narrativas que convergen en este momento clave para Chile.