
En medio de un regreso televisivo esperado, el estelar "Fiebre de Baile" se ha convertido en un escenario donde la danza se mezcla con una disputa pública que ha tensado los ánimos y puesto en jaque la participación de una de sus figuras confirmadas.
El 27 de agosto de 2025, Cony Capelli, ganadora de "Gran Hermano" y panelista del programa "Plan Perfecto", fue anunciada como una de las participantes del nuevo ciclo de "Fiebre de Baile". Desde entonces, su presencia parecía un hecho consumado, respaldada por una trayectoria que combina modelaje, baile y experiencia en televisión.
Sin embargo, la calma se fracturó rápidamente. A comienzos de septiembre, surgieron rumores y declaraciones cruzadas que pusieron en evidencia una profunda tensión entre Capelli y Daniela Aránguiz, exMekano y figura polémica del espectáculo nacional, quien estaba siendo considerada para integrar el jurado del programa.
Según reportó Paula Escobar en "Zona de Estrellas" (Zona Latina), Capelli manifestó a sus cercanos que si Aránguiz finalmente asumía como jurado, ella estaba dispuesta a renunciar: "Si Daniela Aránguiz llegase a ser jurado del programa donde ya estoy confirmada, soy capaz de retirarme. Me paro y me voy". Esta amenaza no se trató de un simple desaire, sino de una postura firme sustentada en la percepción de una evaluación sesgada y personal contra ella.
El conflicto tiene raíces profundas y va más allá de una simple rivalidad profesional. En la polémica pública, Aránguiz lanzó duras críticas hacia Capelli, insinuando que la ganadora de "Gran Hermano" mantiene problemas relacionados con la drogadicción. Por su parte, Capelli respondió calificando estas afirmaciones como "vergonzosas" y defendiendo el respeto hacia las enfermedades, especialmente las adicciones, tema del que ella misma ha hablado abiertamente en el pasado.
"Una cosa es lo que uno haga siendo padre y otra cosa es burlarse de una enfermedad que es tan terrible y ataca a tanta gente", señaló Capelli tras una dura crítica de Vasco Moulian en "Fiebre de Baile", episodio en que también se evidenció la tensión en el ambiente laboral del programa.
El episodio del 7 de octubre, donde Vasco Moulian empleó términos despectivos hacia Capelli durante una evaluación, y la posterior defensa de Faloon Larraguibel, pusieron en evidencia un clima laboral complejo, marcado por críticas públicas y disculpas tardías.
Desde la perspectiva del público y la industria, este conflicto ha desdibujado la línea entre espectáculo y confrontación personal, generando un debate sobre los límites del juicio público, el respeto profesional y la ética en los medios.
Diferentes voces y posturas
- Desde el sector de seguidores de Capelli, se percibe una defensa férrea de su profesionalismo y un rechazo a la llegada de Aránguiz, vista como una figura que podría influir negativamente en la evaluación y ambiente del programa.
- Por otro lado, simpatizantes de Aránguiz argumentan que la polémica es parte del espectáculo y que las críticas forman parte de la dinámica televisiva, aunque no exentas de cuestionamientos éticos.
- Desde el canal Chilevisión, se ha mantenido un silencio prudente, sin confirmar ni desmentir la incorporación definitiva de Aránguiz al jurado, ni la eventual renuncia de Capelli.
Verdades y consecuencias
Este conflicto revela las tensiones que pueden surgir cuando la vida personal y las controversias públicas se trasladan a un espacio televisivo que, en principio, debería centrarse en el entretenimiento y la competencia artística.
La amenaza de renuncia de Capelli no solo pone en riesgo su participación sino que también plantea interrogantes sobre la gestión de conflictos en programas de gran exposición y la influencia de las relaciones personales en la dinámica profesional.
Además, la disputa ha abierto un debate más amplio sobre cómo se aborda la salud mental y las adicciones en el espectáculo, y qué tipo de discurso es legítimo o ético en los medios masivos.
Este caso es un espejo de un Chile mediático donde las fronteras entre lo privado y lo público se difuminan, y donde las figuras televisivas deben navegar entre la exposición y la defensa de su dignidad profesional.
En definitiva, "Fiebre de Baile" se ha transformado en un microcosmos del drama social y mediático contemporáneo, donde la danza convive con la tensión, y el espectáculo con la confrontación personal. El desenlace, aún abierto, invita a reflexionar sobre el precio del protagonismo y la responsabilidad de los medios en el tratamiento de sus protagonistas.
Fuentes: Cooperativa.cl, BioBioChile, Zona de Estrellas (Zona Latina), declaraciones públicas de los involucrados.