
Un llamado sin respuesta
El 27 de agosto de 2025, 14 de los 15 miembros del Consejo de Seguridad de la ONU emitieron un comunicado conjunto donde expresaron su "profunda alarma y angustia" ante la hambruna declarada en Gaza, exigiendo a Israel el levantamiento inmediato e incondicional de las restricciones a la ayuda humanitaria y un alto al fuego. Sin embargo, Estados Unidos, único miembro ausente de esta declaración, optó por boicotear esta iniciativa, poniendo en duda la credibilidad de los datos que confirman la crisis alimentaria y defendiendo su tradicional apoyo a Israel."El último informe del IPC no pasa la prueba de credibilidad", afirmó Dorothy Shea, embajadora estadounidense en funciones, cuestionando la imparcialidad de los autores del estudio.
Un tablero diplomático en tensión
Este episodio no es un hecho aislado, sino la manifestación de un aislamiento creciente de Washington en el escenario internacional. Mientras países como Reino Unido, Francia, Rusia y China se unieron en una voz poco común para condenar la expansión militar israelí y la crisis humanitaria, Estados Unidos mantuvo una postura solitaria, reforzando su veto histórico a resoluciones críticas con Israel.
La guerra en Gaza, que ya se extiende por casi 23 meses, ha generado una crisis humanitaria de proporciones inéditas, con un impacto directo en la seguridad alimentaria y la vida cotidiana de millones de palestinos.
Perspectivas enfrentadas
Desde la óptica estadounidense, la defensa de Israel es un pilar estratégico y moral, interpretado como una garantía frente a amenazas regionales y un compromiso inquebrantable con un aliado histórico. En contraste, para muchos países europeos y actores emergentes, la prolongación del conflicto y la evidencia de la hambruna representan una falla ética y política que debe ser abordada con urgencia.
En América Latina, la posición se ha ido alineando progresivamente con la condena a las acciones israelíes, destacando el anuncio de Canadá, Australia y Francia de reconocer al Estado palestino en la próxima Asamblea General de la ONU, un gesto que busca equilibrar la balanza diplomática y dar visibilidad a la causa palestina.
El rostro humano y la tragedia que se despliega
Más allá de las disputas políticas, lo que subyace es la tragedia de una población atrapada en un conflicto sin fin. La hambruna en Gaza no es solo un dato estadístico: es el hambre de niños, la desesperación de familias y la erosión de la dignidad humana. La comunidad internacional se enfrenta a un dilema moral que trasciende la geopolítica: ¿hasta dónde llegará la indiferencia ante el sufrimiento de civiles?
Conclusiones y consecuencias visibles
Este episodio confirma que la diplomacia multilateral enfrenta límites claros cuando los intereses estratégicos y las alianzas históricas se imponen sobre las urgencias humanitarias. La postura estadounidense evidencia un aislamiento creciente que, lejos de fortalecer a Israel, podría profundizar la fractura global y alimentar la desconfianza en las instituciones internacionales.
Al mismo tiempo, la unidad mostrada por los otros 14 miembros del Consejo de Seguridad representa un cambio en el equilibrio del poder diplomático, donde voces tradicionalmente menos escuchadas ganan protagonismo y exigen responsabilidad y justicia.
En definitiva, la crisis en Gaza y la respuesta internacional reflejan no solo un conflicto armado prolongado, sino un desafío ético para el sistema global: cómo conciliar intereses nacionales con la urgencia de proteger vidas y derechos humanos en un mundo cada vez más interconectado y polarizado.
Fuentes consultadas: Cooperativa.cl (27-08-2025), ONU, declaraciones oficiales de embajadora Dorothy Shea.