
Un drama de 74 días que expone grietas en el sistema de búsqueda y respuesta institucional. Luis Felipe Correa Gutiérrez, estudiante de sociología de la Universidad de Chile, desapareció el 19 de agosto de 2025 tras salir de su casa en San Bernardo. Durante semanas, su familia y autoridades buscaron sin descanso, hasta que el 6 de noviembre se confirmó una verdad devastadora: su cuerpo había estado en el Servicio Médico Legal (SML) desde el 21 de agosto, tras un incidente en la Línea 1 del Metro de Santiago.
El 21 de agosto, a la 1:00 am, la última señal del teléfono de Luis Felipe fue detectada en Viña del Mar. Horas más tarde, a las 14:20, el cuerpo ingresó al SML bajo la categoría de "NN" (sin nombre), luego que Carabineros encontrara a una persona fallecida en las vías del Metro, específicamente en la estación Pedro de Valdivia, lo que provocó una suspensión parcial del servicio en la Línea 1.Metro reportó la suspensión del servicio por presencia de persona en las vías ese mismo día.
Sin embargo, la identidad del joven no fue establecida hasta más de dos meses después, cuando el SML logró identificarlo el 4 de noviembre. Esta demora ha generado una ola de cuestionamientos y críticas hacia las instituciones responsables.
"Esta situación nos parece de una extrema crueldad por el dolor que se le ha provocado a la familia al estar más de 70 días sin saber dónde estaba su hijo", declaró Mariana Rojas, abogada de la familia. Rojas enfatizó la inexplicable falla en la identificación temprana, calificándola de "imposible y grave", y reclamó que se esclarezcan las causas de la muerte y las responsabilidades estatales.
Por otro lado, fuentes oficiales han señalado que las investigaciones están en curso y que se están revisando los protocolos de manejo de cuerpos no identificados para evitar que situaciones similares se repitan.
Expertos en gestión institucional y derechos humanos advierten que este caso desnuda la falta de coordinación entre Carabineros, Metro y el SML, así como deficiencias en los sistemas de registro y comunicación interna.
Más allá del dolor familiar, este episodio ha provocado una reflexión nacional sobre la eficacia y humanidad de los procesos estatales en casos de desapariciones y fallecimientos no esclarecidos. La sociedad civil, organizaciones de derechos humanos y académicos han llamado a implementar reformas urgentes para garantizar transparencia, agilidad y respeto a las víctimas y sus familias.
El cuerpo de Luis Felipe Correa permaneció sin ser identificado en el SML durante más de dos meses, a pesar de la búsqueda activa y la señal telefónica detectada. Esta realidad revela fallas profundas en los protocolos de identificación y comunicación interinstitucional.
La tragedia ha dejado en evidencia que la burocracia y la falta de coordinación pueden prolongar el sufrimiento y la incertidumbre de las familias, erosionando la confianza ciudadana en las instituciones.
En definitiva, el caso obliga a repensar y fortalecer los mecanismos de respuesta estatal ante desapariciones y muertes, con un enfoque que priorice la dignidad, la rapidez y la claridad, para que el dolor no se prolongue en la sombra del desconocimiento.
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Fuentes consultadas: La Cuarta, Cooperativa.cl, declaraciones oficiales del SML y Carabineros, entrevistas con la abogada Mariana Rojas y expertos en derechos humanos.