
El escenario está montado y el telón se alza sobre un enfrentamiento que va más allá de la simple política monetaria. El 25 de agosto de 2025, el expresidente Donald Trump anunció la destitución de Lisa Cook, gobernadora de la Reserva Federal, alegando un supuesto fraude en sus solicitudes hipotecarias. Esta acción, lejos de ser un episodio aislado, desencadenó una crisis institucional que se ha ido desarrollando con repercusiones visibles y debates intensos a lo largo de los últimos tres meses.
Desde el origen, este choque refleja una tensión profunda entre el poder político y la autonomía de la Fed. Trump, conocido por su postura crítica hacia las políticas monetarias restrictivas, ha presionado repetidamente para que la Reserva Federal baje las tasas de interés, amenazando incluso con destituir a su presidente, Jerome Powell. La remoción de Lisa Cook, la primera mujer negra en la junta, se presentó como un paso para colocar una mayoría afín a sus intereses dentro del banco central.
“Necesitamos personas 100% transparentes y no parece que ella lo fuera”, declaró Trump en su momento, apuntando a irregularidades en la descripción de sus residencias principales para hipotecas. Sin embargo, la defensa de Cook, liderada por su abogado Abbe Lowell, ha impugnado legalmente la medida, calificándola de ilegal y sin fundamento.
El conflicto ha polarizado opiniones. Desde la derecha política, hay voces que respaldan la acción de Trump como un acto legítimo para garantizar la transparencia y eficiencia del banco central. Por otro lado, sectores progresistas y expertos en economía advierten sobre el riesgo de politizar una institución clave para la estabilidad económica.
“Este es un choque entre el poder político y la autonomía del banco central, con efectos más institucionales que financieros inmediatos”, señala Felipe Cáceres, analista de mercados. En el Congreso, el debate ha reavivado discusiones sobre la independencia de la Fed, con llamados a reforzar sus garantías legales.
En los mercados, la reacción fue contenida pero significativa. El S&P 500 cerró con leves alzas, mientras que el índice chileno Ipsa registró una baja moderada, reflejando incertidumbre global. El dólar, aunque debilitado en meses recientes, mostró volatilidad ante la posibilidad de cambios en la política monetaria estadounidense.
A tres meses del anuncio, la batalla legal continúa, pero ya es posible extraer algunas conclusiones. Primero, la autonomía de la Reserva Federal, aunque robusta, no es invulnerable frente a presiones políticas decididas y persistentes. Segundo, la estabilidad económica global está cada vez más interconectada con las decisiones internas de EE.UU., donde la politización de la Fed podría traducirse en mayor volatilidad financiera.
Finalmente, este episodio invita a reflexionar sobre los límites del poder ejecutivo en sistemas democráticos y la importancia de proteger instituciones clave para el equilibrio del Estado y la economía.
Como advierte Emanoelle Santos, analista de XTB Latam: “La confianza de los inversionistas dependerá de cómo se resuelva este conflicto y de la capacidad de la Fed para mantener credibilidad en sus decisiones”.
En definitiva, el duelo entre Trump y la Fed no solo es un capítulo más en la historia política estadounidense, sino un espejo para las democracias que buscan balancear poder, transparencia y estabilidad en tiempos de incertidumbre.
2025-11-12
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