El debate sobre la PGU que dividió a la derecha: Matthei advierte riesgos para jubilados mientras Kast impulsa fin del préstamo estatal

El debate sobre la PGU que dividió a la derecha: Matthei advierte riesgos para jubilados mientras Kast impulsa fin del préstamo estatal
Actualidad
Política
2025-11-18
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- Tensión política entre candidaturas de Chile Vamos y Partido Republicano por reforma previsional.

- Impacto social en jubilados y trabajadores en un debate con visiones contrapuestas sobre la seguridad social.

- Estrategias electorales que revelan profundas diferencias sobre el rol del Estado y el futuro del sistema de pensiones.

En un escenario político que parecía preparado para la calma, el debate sobre la reforma previsional y en particular sobre la Pensión Garantizada Universal (PGU) encendió las pasiones y evidenció un choque frontal entre dos visiones dentro de la derecha chilena. El 26 de agosto de 2025, en un seminario organizado por Icare, Evelyn Matthei (Chile Vamos) y José Antonio Kast (Partido Republicano) protagonizaron un enfrentamiento que expuso no solo sus diferencias políticas, sino también sus preocupaciones sobre el futuro de los jubilados y el Estado.

Matthei rechazó la propuesta de Kast de eliminar el préstamo estatal que financia la PGU, argumentando que cualquier idea que genere incertidumbre en los jubilados sería "terrible". Para ella, la PGU es una política social "espectacular" y un logro que costó una década de negociaciones, y que ahora debe protegerse y financiarse con responsabilidad. "Seguir jugando con un tema que nos costó 10 años llegar a un acuerdo (...) no me parece", sentenció, defendiendo la continuidad y ampliación gradual del beneficio.

Por su parte, Kast cuestionó la gestión del actual gobierno y criticó duramente a la candidata de Unidad por Chile, Jeannette Jara, a quien responsabilizó por la emergencia laboral. En su propuesta, abogó por terminar con el préstamo estatal para la PGU, argumentando que el sistema actual no es sostenible y que Chile necesita una modernización laboral basada en la adaptabilidad y la reducción de trabas burocráticas. "Hay muchos jóvenes, muchas mujeres, adultos mayores que quieren trabajar, pero no se les dan las condiciones porque todo es traba. En un mundo moderno, con inteligencia artificial, tenemos normas del siglo anterior", afirmó.

Este cruce no solo expuso un choque de ideas sobre la política social, sino también sobre la visión del Estado. Mientras Matthei apuesta por un Estado garante y cuidadoso con las conquistas sociales, Kast propone un giro hacia una mayor liberalización y flexibilidad laboral, con menor intervención estatal.

Otros candidatos también expusieron sus posturas: Johannes Kaiser (Partido Nacional Libertario) planteó la necesidad de un cambio cultural para favorecer los oficios y carreras técnicas, además de modificar el sistema de indemnizaciones hacia un modelo similar al danés de "Flex Security". Franco Parisi (Partido de la Gente) rechazó la negociación ramal, advirtiendo que podría perjudicar a las pequeñas y medianas empresas.

Desde la perspectiva ciudadana, este debate ha generado inquietud entre los jubilados y trabajadores formales e informales, quienes ven en la PGU un soporte esencial para su calidad de vida. La incertidumbre sobre su financiamiento y continuidad ha provocado voces de alerta en organizaciones sociales y expertos en seguridad social.

En conclusión, este episodio revela que la discusión sobre la PGU y la reforma previsional está lejos de cerrarse. Más allá de las posturas electorales, el desafío real es encontrar un equilibrio entre la sostenibilidad fiscal, la protección social y la modernización del mercado laboral. La polarización entre Matthei y Kast es un reflejo de las tensiones que atraviesan a la derecha chilena y que, inevitablemente, impactarán en el diseño de políticas públicas en los próximos años.

La verdad que emerge es clara: la PGU es un logro social que costó años construir, pero su futuro está en juego en un contexto de demandas laborales cambiantes y restricciones económicas. Lo que está en disputa no es solo un préstamo o una política, sino la visión misma del Estado y su rol frente a los ciudadanos más vulnerables.