
Santiago, una ciudad acostumbrada a la sequía y al calor extremo, vivió a comienzos de noviembre un episodio que, aunque anunciado, tomó por sorpresa a muchos: el regreso de la lluvia tras meses de ausencia. El jueves 6 de noviembre de 2025, la Región Metropolitana experimentó precipitaciones que se extendieron en forma de chubascos durante la tarde y noche, afectando a gran parte de la capital, excepto Melipilla y Curacaví. Este fenómeno, parte de una baja segregada que trajo inestabilidad desde el sur, no solo refrescó el ambiente, sino que también abrió un debate profundo sobre la relación entre el clima, la planificación urbana y las expectativas ciudadanas.
Desde la perspectiva meteorológica, el retorno de la lluvia era predecible. Según la Dirección Meteorológica de Chile (DMC), este evento se enmarca dentro de un patrón estacional que, sin embargo, ha sufrido alteraciones por el cambio climático. La DMC y plataformas como Meteored anticiparon que, además del jueves, un segundo núcleo frío podría llegar durante el fin de semana, extendiendo las precipitaciones a otras regiones del centro y sur del país.
Sin embargo, la interpretación de este fenómeno no es unánime:
- Autoridades regionales y municipales han destacado la oportunidad para aliviar la crisis hídrica, aunque reconocen la necesidad de prepararse mejor para evitar problemas de infraestructura y movilidad.
- Expertos en cambio climático advierten que estos episodios, aunque parecen un respiro, son parte de una dinámica más compleja donde las lluvias pueden ser más intensas pero también más erráticas, complicando la gestión del recurso hídrico.
- Ciudadanos y organizaciones sociales muestran opiniones divididas: algunos celebran la caída de agua como un alivio para la vegetación y el aire, mientras otros critican la falta de preparación urbana, que derivó en anegamientos y dificultades para desplazarse.
La capital chilena, con su crecimiento acelerado y expansión hacia zonas más vulnerables, enfrenta desafíos que la lluvia pone en evidencia. El evento del 6 de noviembre dejó al descubierto problemas de drenaje y gestión de aguas pluviales, especialmente en sectores periféricos y zonas históricamente marginadas. Esto ha generado cuestionamientos sobre la equidad en la planificación urbana y la inversión en infraestructura resiliente.
Además, la lluvia ha tenido un impacto económico inmediato en sectores como el comercio informal y el transporte público, que sufrieron interrupciones. Sin embargo, expertos en economía urbana señalan que estos episodios también pueden incentivar un debate necesario sobre la sostenibilidad y la adaptación al cambio climático.
En el plano político, la discusión se ha polarizado:
- Algunos sectores del oficialismo han puesto en valor las medidas de contingencia implementadas, resaltando la coordinación entre servicios públicos.
- La oposición, en tanto, ha criticado la falta de planificación a largo plazo y la insuficiente inversión en infraestructura verde y sistemas de gestión hídrica.
Desde las regiones, especialmente aquellas que también experimentaron lluvias en esta semana, se observa una mirada crítica hacia la centralización de recursos y atención, lo que refuerza la demanda por una política climática más descentralizada y participativa.
Tras analizar este episodio con distancia temporal y múltiples fuentes, se pueden concluir varias verdades:
- El regreso de la lluvia a Santiago no es un evento aislado ni meramente meteorológico; es un síntoma de las tensiones entre el clima cambiante y la realidad urbana.
- La gestión de estos eventos requiere un enfoque integral que combine ciencia, política y participación ciudadana para construir resiliencia.
- Las discrepancias en las interpretaciones reflejan la complejidad de abordar el cambio climático en un país con profundas desigualdades y desafíos estructurales.
En definitiva, la lluvia que cayó en Santiago esta primera semana de noviembre no solo humedeció sus calles, sino que también desnudó las fragilidades y esperanzas de una ciudad y un país en transición hacia un futuro incierto pero necesario de enfrentar con rigor y diálogo.
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Fuentes: Dirección Meteorológica de Chile, Meteored, entrevistas a expertos en cambio climático y urbanismo, reportes municipales y testimonios ciudadanos recopilados durante la semana del evento.
2025-10-24
2025-09-02