La oficina que no existe: jóvenes chinos pagan para fingir empleo en medio del desempleo juvenil

La oficina que no existe: jóvenes chinos pagan para fingir empleo en medio del desempleo juvenil
Internacional
América Latina
2025-11-18
Fuentes
elpais.com cooperativa.cl elpais.com elpais.com cooperativa.cl www.latercera.com www.df.cl www.latercera.com www.bbc.com www.latercera.com www.latercera.com elpais.com elpais.com

- Desempleo juvenil estructural que supera el 14% en China.

- Espacios de trabajo ficticios que ofrecen rutina y dignidad aparente.

- Dilema social y psicológico entre jóvenes que buscan sostener una identidad laboral sin empleo real.

Un teatro de la rutina laboral. Eso es lo que ofrecen las llamadas oficinas simuladas que han emergido en varias ciudades de China, como Shenzhen, Shanghái y Dongguan, donde jóvenes pagan por sentarse en un escritorio, usar un computador y fingir que trabajan. En 2025, el desempleo juvenil en China supera el 14%, y más de 12 millones de jóvenes ingresan anualmente al mercado laboral, enfrentando un panorama hostil y competitivo.

Desde abril de este año, la empresa Pretend To Work abrió sus puertas en Dongguan, y en un mes sus espacios se llenaron. Allí, personas como Shui Zhou, un ex emprendedor de comida rápida, encontraron un refugio donde compartir el día con otros, simular productividad y mantener un ritmo que la desocupación les había arrebatado. "Me siento muy feliz. Es como si estuviéramos trabajando juntos como un grupo", dice Zhou, reflejando la necesidad humana de pertenencia y rutina.

Pero no todos buscan solo compañía. Xiaowen Tang, una estudiante universitaria, alquiló un puesto para cumplir con un requisito académico que exige demostrar prácticas laborales. En sus horas en la oficina ficticia, escribe novelas en línea para generar ingresos. "Si vas a fingir, finge hasta el final", comenta con ironía, evidenciando la paradoja entre apariencia y realidad en el mercado laboral contemporáneo.

Tensiones y perspectivas encontradas. Para algunos expertos, estas oficinas son un síntoma de un mercado laboral que no solo falla en absorber a sus jóvenes, sino que también genera nuevas formas de alienación. Biao Xiang, antropólogo social, sostiene que "simular es un cascarón protector que los jóvenes se crean, estableciendo una distancia con la sociedad y dándose un pequeño espacio". En contraste, Feiyu, fundador de Pretend To Work, defiende esta práctica como un intento de preservar la dignidad en tiempos de incertidumbre: "La dignidad de no ser una persona inútil".

Desde la perspectiva social, estas oficinas ponen en evidencia la presión familiar y cultural que pesa sobre los jóvenes chinos para tener un empleo estable y respetable, un estatus que ya no garantiza el mercado. La rutina laboral, aunque simulada, funciona como un ancla frente a la ansiedad, el estigma y la frustración.

¿Un experimento social o un síntoma de crisis? La experiencia de Zhou es ilustrativa: mientras pasa sus días en la oficina fingida, invierte tiempo en capacitarse en inteligencia artificial, buscando convertir esa fachada en un trampolín hacia un empleo real. Sin embargo, Feiyu reconoce la incertidumbre del modelo: "No sé si será rentable a largo plazo, es un experimento social que solo tendrá sentido si ayuda a transformar estos espacios en oportunidades reales".

Este fenómeno no es un simple capricho, sino un espejo de las tensiones económicas, sociales y psicológicas que atraviesan las nuevas generaciones en China. La simulación laboral se convierte en un espacio híbrido donde se mezclan la desesperanza y la esperanza, la apariencia y la autenticidad, la rutina y la innovación.

Conclusiones y consecuencias. Este fenómeno pone en cuestión las estructuras tradicionales de empleo y el significado del trabajo en la era postpandemia. La emergencia de oficinas ficticias revela que el desempleo juvenil no solo es un problema económico, sino también un desafío cultural y emocional que requiere respuestas integrales.

La historia de estos jóvenes —y de sus oficinas simuladas— es un llamado a repensar las políticas de empleo, la educación y el apoyo psicosocial en contextos de incertidumbre prolongada. Mientras tanto, en ciudades como Dongguan, la rutina de fingir trabajar se consolida como una resistencia silenciosa a la exclusión y una búsqueda de identidad en tiempos difíciles.

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Fuentes consultadas: BBC (2025), Instituto Max Planck de Antropología Social, entrevistas directas con usuarios de Pretend To Work.