
El escenario electoral chileno se ha transformado en un auténtico coliseo político, donde dos figuras que representan polos opuestos del espectro ideológico se preparan para un duelo decisivo el próximo 14 de diciembre. Jeannette Jara, candidata de la izquierda y líder de una amplia coalición centro-izquierda, y José Antonio Kast, exdiputado ultraderechista y representante de la derecha conservadora, avanzan a la segunda vuelta presidencial con un margen estrecho y una agenda económica y social que promete marcar la pauta del debate nacional.
Las propuestas de ambos candidatos, revisadas con la distancia que permite el análisis detenido, revelan diferencias profundas y enfoques contrapuestos que no solo hablan de números, sino también de visiones sobre el rol del Estado, la justicia social y el futuro del país.
Jara apuesta por un crecimiento económico moderado pero inclusivo, planteando una meta de expansión del PIB del 4% para 2029, sin reformas tributarias radicales, pero con una rebaja selectiva de impuestos para incentivar la inversión y la formalización laboral. Su programa enfatiza la creación de una Agencia Nacional de Empleo, la extensión de beneficios laborales como sala cuna y posnatal parental, y una de sus promesas más emblemáticas y controvertidas: un ingreso vital de $750.000 mensuales que se alcanzaría gradualmente.
En contraste, Kast propone un ajuste fiscal agresivo de US$6.000 millones en 18 meses, con recortes en gasto público, auditoría exhaustiva del Estado y una reducción significativa de la carga tributaria. Su agenda laboral busca flexibilizar el mercado, promoviendo contratos multifuncionales y jornadas flexibles, además de fortalecer la eficiencia del empleo público y combatir la corrupción con mano dura.
Desde el espectro político, la izquierda ve en Jara una oportunidad para consolidar avances sociales y proteger derechos conquistados, aunque con cautela respecto a la viabilidad fiscal de sus propuestas más ambiciosas. En tanto, sectores conservadores y liberales destacan en Kast un liderazgo que promete orden y un giro hacia la eficiencia estatal, aunque advierten sobre el impacto social de un ajuste fiscal tan rápido.
Regionalmente, la votación en el exterior mostró una clara preferencia por Jara, con un 54,5% de los votos, reflejando quizás una visión más progresista entre la diáspora chilena. En el interior, el apoyo a Kast se consolidó con el respaldo de figuras de la derecha tradicional y la extrema derecha, creando un bloque compacto que busca evitar la continuidad del actual gobierno.
Ciudadanos y expertos han expresado preocupación por la polarización creciente, que podría profundizar divisiones sociales. Sin embargo, también se observa un debate vigoroso sobre los caminos para enfrentar desafíos estructurales como la desigualdad, el empleo y la sostenibilidad fiscal.
La segunda vuelta presidencial chilena no solo enfrenta a dos candidatos, sino a dos modelos de país en pugna. La propuesta de Jara busca un Estado más activo en la protección social y la promoción de la inversión con un enfoque progresista, mientras que Kast apuesta por un ajuste y modernización del Estado desde una perspectiva conservadora y liberal en lo económico.
Ambos programas reconocen la necesidad de crecimiento y empleo, pero divergen en la manera de alcanzarlos y en el peso que debe tener el sector público frente al privado.
Este duelo, lejos de ser un simple trámite electoral, abre un espacio para que la ciudadanía reflexione sobre las prioridades nacionales y la dirección que Chile debe tomar en un contexto global complejo y desafiante.
La historia electoral y política del país se prepara para un capítulo decisivo, donde el ganador no solo deberá gobernar, sino también intentar reconciliar a una sociedad que observa expectante, y a veces con temor, el desenlace de esta pugna.
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Fuentes consultadas: análisis de programas presidenciales publicados por La Tercera (17/11/2025), reportes oficiales del Servicio Electoral (Servel), declaraciones públicas de ambos candidatos y su entorno político, cobertura internacional de medios como Cambio21 y análisis de expertos en políticas públicas.