
El sábado 23 de agosto de 2025 marcó un hito en la agenda cultural chilena con la instauración oficial del Día del Patrimonio de Niños, Niñas y Adolescentes. La iniciativa, encabezada por el Presidente Gabriel Boric y la ministra de Agricultura, buscó abrir las puertas del patrimonio nacional a las nuevas generaciones, invitando a las familias a recorrer gratuitamente más de 1.200 actividades en todo Chile, desde la Cámara Baja hasta el Museo de la Educación Gabriela Mistral.
"Queremos que ustedes se sientan parte de ella", declaró el mandatario, enfatizando la importancia de que el patrimonio no sea un concepto abstracto sino una experiencia viva para niños y jóvenes. La jornada culminó con un show de Cachureos en la otrora Plaza de la Ciudadanía, un guiño a la cultura popular que acompañó a varias generaciones.
La respuesta ciudadana fue en general positiva. Padres y tutores valoraron la oportunidad de compartir con sus hijos un patrimonio que muchas veces se percibe distante o exclusivo. Sin embargo, desde sectores académicos y culturales surgieron voces críticas que advierten sobre los límites de la iniciativa.
Desde una perspectiva política, la derecha destacó el esfuerzo por descentralizar el acceso cultural, mientras que la izquierda enfatizó la necesidad de que estas experiencias se traduzcan en una educación patrimonial crítica, que no solo admire sino que también cuestione la historia oficial.
Regionalmente, la apertura de espacios patrimoniales no solo en Santiago sino en ciudades del norte y sur fue celebrada, aunque algunos sectores mapuche y pueblos originarios señalaron que la agenda patrimonial oficial aún no incorpora plenamente sus narrativas y cosmovisiones.
Este Día del Patrimonio Infantil se inserta en un Chile que ha venido enfrentando un debate profundo sobre identidad y memoria, en un contexto de reformas educativas y culturales que buscan ampliar la inclusión y la diversidad. La iniciativa presidencial se presenta como un puente entre el Estado y las familias, pero también como un espejo de las tensiones que atraviesan la construcción del relato nacional.
La instauración del Día del Patrimonio Infantil es un paso significativo para democratizar el acceso a la cultura y la historia, especialmente en un país donde la memoria ha sido históricamente fragmentada y politizada. No obstante, el verdadero desafío será mantener esta iniciativa viva en el tiempo, asegurando que el patrimonio no se reduzca a un espectáculo festivo, sino que se convierta en un espacio de diálogo crítico y plural.
La experiencia del 23 de agosto mostró que el patrimonio puede ser un escenario de encuentro y también de disputa, donde diferentes Chile se miran y se reconocen, con sus luces y sombras. En ese sentido, la invitación presidencial no solo fue a descubrir el patrimonio, sino a repensar qué patrimonio queremos y para quién.
Fuentes consultadas incluyen reportes de Cooperativa.cl, análisis de expertos en educación y cultura, y testimonios recogidos en terreno durante la jornada.
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