Segunda vuelta presidencial: el choque entre continuidad y cambio con La Araucanía en el centro del tablero

Segunda vuelta presidencial: el choque entre continuidad y cambio con La Araucanía en el centro del tablero
Actualidad
Política
2025-11-18
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- Kast despliega estrategia electoral en La Araucanía, escenario de su victoria más contundente.

- Jara domina en el norte y la zona central, con fuerte respaldo en Valparaíso y la Región Metropolitana.

- La segunda vuelta se presenta como un plebiscito entre dos visiones opuestas del futuro político, con consecuencias para la gobernabilidad y el orden institucional.

La Araucanía vuelve a ser epicentro político en un enfrentamiento que trasciende la elección presidencial. El 16 de noviembre de 2025, José Antonio Kast se impuso con un 32,57% en la región, superando ampliamente a Jeannette Jara, quien obtuvo un 19,60%. Este resultado no solo refleja un voto regional, sino que simboliza un polo de apoyo clave para el candidato republicano, que ha decidido iniciar allí su despliegue para la segunda vuelta electoral programada para el 14 de diciembre.

Kast visitó Temuco y Vilcún acompañado por el senador electo Rodolfo Carter, marcando el territorio y activando una campaña que busca consolidar el respaldo en el centro-sur del país. Este movimiento estratégico es un reflejo de la importancia que tiene La Araucanía en la batalla por la presidencia, y también un mensaje hacia un electorado que se siente identificado con la promesa de orden y control que propone el abanderado de Republicanos.

Por su parte, Jeannette Jara, candidata del Partido Comunista, mantiene su fortaleza en el norte y la zona central, con victorias claras en regiones como Valparaíso y la Metropolitana, donde obtuvo un 31,09% de los votos frente al 21,85% de Kast. Su discurso de continuidad y profundización del proyecto oficialista encuentra eco en estos territorios, que representan un bloque urbano y político distinto al del centro-sur.

“La segunda vuelta será, en la práctica, un plebiscito”, afirmó Germán Codina, vocero de Kast, en una entrevista reciente. “La gente va a decidir entre seguir con un Gobierno que sigue deteriorando el país o elegir un proyecto de cambio, de orden, donde el Estado juega un rol preponderante brindando oportunidades”, agregó. Esta declaración no solo expone la polarización que atraviesa la contienda, sino que también revela la apuesta del candidato republicano por presentar la elección como un referéndum sobre el modelo vigente.

En contraste, desde el oficialismo y sectores progresistas se observa la segunda vuelta como un desafío para mantener las transformaciones sociales y económicas iniciadas en los últimos años. Sin embargo, la figura de Jara, con su filiación comunista, también genera resistencias y temores en amplios sectores que asocian esa opción con riesgos para la estabilidad democrática, un punto que Kast y sus adherentes no dejan de enfatizar.

El escenario parlamentario añade complejidad al proceso: la derecha logró una mayoría relativa en el Congreso, lo que podría facilitar la gobernabilidad para quien resulte electo, pero también plantea tensiones internas y la necesidad de acuerdos estratégicos. La UDI y el libertario Johannes Kaiser han manifestado su apoyo a Kast, pero el mosaico político del sector presenta matices que no garantizan una cohesión plena.

Desde la sociedad civil, las reacciones son igualmente diversas. En La Araucanía, la victoria de Kast es celebrada por quienes demandan mayor seguridad y control migratorio, mientras que otros sectores indígenas y sociales expresan preocupación por el retroceso en derechos y reconocimiento. En el norte y centro, el respaldo a Jara refleja una confianza en la continuidad de políticas sociales, pero también inquietudes sobre la radicalización política y la estabilidad económica.

Las verdades que emergen de este pulso electoral son claras: la segunda vuelta no solo definirá quién ocupará La Moneda, sino que también consolidará un modelo de país. El voto en La Araucanía y las regiones circundantes será un termómetro decisivo para medir la fuerza del cambio propuesto por Kast frente a la continuidad representada por Jara. La polarización política y regional es palpable, y las consecuencias para la gobernabilidad y la convivencia democrática serán profundas.

Este enfrentamiento, lejos de ser una simple elección, es un choque de narrativas y proyectos que interpela a la sociedad chilena en su conjunto. La pregunta no es solo quién gana, sino qué país se construirá después del 14 de diciembre.