Rusia rechaza alto el fuego y despliegue de tropas extranjeras en Ucrania: un conflicto sin tregua ni garantías

Rusia rechaza alto el fuego y despliegue de tropas extranjeras en Ucrania: un conflicto sin tregua ni garantías
Internacional
Conflictos
2025-11-18
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- Rechazo firme de Moscú a propuestas de cese de hostilidades.

- Divergencias profundas entre Rusia, Ucrania y potencias occidentales sobre garantías de seguridad.

- Un escenario geopolítico enrarecido, sin señales claras de acuerdo a corto plazo.

El drama ucraniano se mantiene en su espiral de tensión y desconfianza, con Rusia reafirmando una postura inamovible que complica cualquier intento de pacificación.

Desde agosto y hasta octubre de 2025, el ministro ruso de Asuntos Exteriores, Sergei Lavrov, ha reiterado públicamente la negativa de Moscú a aceptar un alto el fuego en Ucrania y a permitir el despliegue de tropas extranjeras en territorio ucraniano. Estas posiciones, lejos de ser simples declaraciones diplomáticas, reflejan un entramado complejo de acuerdos previos, intereses estratégicos y narrativas contrapuestas que han madurado durante estos meses.

El rechazo al alto el fuego: ¿una estrategia o un principio?

En octubre de 2025, Lavrov argumentó que un alto el fuego favorecería a Ucrania para rearmarse y preparar nuevos ataques, citando incluso el sabotaje al gasoducto Nord Stream como ejemplo de acciones encubiertas. Desde Moscú, se sostiene que detener el conflicto sin abordar las causas profundas sería un error que podría perpetuar la inestabilidad.

"Ha quedado claro inmediatamente por qué era necesario este alto el fuego", ironizó Lavrov, apuntando a que las demandas occidentales no buscan la paz, sino dar respiro a Kiev para reorganizarse.

Esta visión se contrapone con la de varios líderes europeos, como Emmanuel Macron, que aunque reclaman un cese de hostilidades, mantienen el compromiso de seguir proveyendo armamento a Ucrania, una dualidad que Moscú denuncia como hipócrita.

La controversia sobre las tropas extranjeras

Previo a esta negativa, en agosto de 2025, Rusia calificó de "inaceptable" el plan europeo para desplegar fuerzas internacionales en suelo ucraniano como garantía de seguridad.

Lavrov señaló que tales iniciativas contravienen acuerdos previos alcanzados en Estambul en 2022, que contemplaban garantías basadas en seguridad colectiva y no en intervenciones unilaterales.

Desde Kiev y sus aliados occidentales, la demanda de un contingente de paz extranjero es vista como un mecanismo necesario para evitar futuras agresiones rusas y asegurar un proceso de negociación creíble.

Una fuente diplomática europea consultada por La Tercera señaló que "sin garantías tangibles, Ucrania no se sentará a negociar con Putin", reflejando la desconfianza y la urgencia que sienten en el gobierno ucraniano.

Ecos del pasado: Trump, Putin y las negociaciones en Alaska

El trasfondo de estas tensiones incluye los acuerdos y negociaciones que tuvieron lugar en 2024 entre Donald Trump y Vladimir Putin en Alaska, que Moscú sigue citando como marco para sus posiciones actuales.

Lavrov ha defendido que Rusia no ha cambiado su postura respecto a esos acuerdos, y que cualquier iniciativa que contradiga esos términos sería inaceptable.

Esta referencia a la administración Trump introduce una variable inusual en la diplomacia actual, evidenciando cómo las dinámicas internacionales se entrelazan con episodios políticos previos y con actores que ya no están en el poder, pero cuyos legados persisten.

Voces contrapuestas y la sociedad civil

En Ucrania, la sociedad muestra una mezcla de agotamiento y determinación. Mientras algunos sectores claman por un alto el fuego para aliviar el sufrimiento, otros ven en la resistencia armada la única vía para preservar la soberanía.

Por su parte, en Rusia, la narrativa oficial sostiene que la seguridad nacional está en juego y que cualquier concesión sin garantías equivaldría a una derrota estratégica.

Analistas internacionales coinciden en que la falta de confianza mutua y la ausencia de un interlocutor común capaz de garantizar compromisos reales son las piedras angulares que mantienen el conflicto congelado en esta fase.

Constataciones finales

Este episodio confirma que, pese a los llamados y propuestas internacionales, el conflicto en Ucrania se mantiene sin tregua ni acuerdos sólidos. Las posiciones de Rusia, ancladas en acuerdos previos y en la percepción de amenazas estratégicas, chocan frontalmente con las demandas de Ucrania y sus aliados occidentales, que buscan garantías y mecanismos de protección efectivos.

La complejidad geopolítica, las heridas abiertas y la desconfianza mutua conforman un escenario donde la paz parece aún distante. Sin embargo, esta situación obliga a la comunidad internacional a reflexionar sobre nuevas formas de mediación y sobre la necesidad de abordar las causas profundas del conflicto, más allá de los gestos inmediatos.

El coliseo ucraniano sigue abierto, con sus actores enfrentados y el público global expectante, consciente de que la tragedia continúa y que cada movimiento puede definir el destino de millones.