Wall Street se desploma tras Jackson Hole: ¿Qué queda de la esperanza monetaria?

Wall Street se desploma tras Jackson Hole: ¿Qué queda de la esperanza monetaria?
Economía
Macroeconomía
2025-11-18
Fuentes
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- Caídas significativas en los principales índices bursátiles tras el simposio de Jackson Hole.

- Tensiones políticas en la Reserva Federal que afectan la confianza del mercado.

- Debate profundo sobre el futuro de la política monetaria y su impacto global.

El simposio anual de Jackson Hole, que en agosto de 2025 congregó a los principales banqueros centrales y economistas del mundo, se ha transformado en un punto de inflexión para Wall Street y la economía global.

Desde el 21 de agosto, los índices bursátiles estadounidenses comenzaron a registrar pérdidas notables, con el S&P 500 y el Dow Jones cayendo moderadamente, mientras que el sector tecnológico intentaba un tenue repunte tras jornadas de fuertes bajas. La expectativa inicial de un posible recorte de tasas por parte de la Reserva Federal (Fed) en septiembre, que había alimentado cierto optimismo, se desvaneció rápidamente.

La tensión política dentro de la Fed, exacerbada por la presión pública del entonces presidente Donald Trump para remover a la gobernadora Lisa Cook, añadió un componente de incertidumbre que el mercado no pudo digerir fácilmente. 'No seré intimidada para renunciar', declaró Cook, cuyo mandato se extiende hasta 2038, marcando un choque frontal con la administración.

Desde una perspectiva política, este conflicto refleja una lucha de poder entre el Ejecutivo y la independencia del banco central, con implicancias profundas para la credibilidad de la política monetaria. La eventual salida de Cook y la nominación de Stephen Miran, afín a la administración, podrían haber alterado el equilibrio del FOMC, pero el proceso enfrentó resistencias en el Senado y en sectores técnicos.

En términos económicos, la Fed mantuvo una postura cautelosa, optando por esperar más datos antes de modificar las tasas de interés. El reporte de subsidios por desempleo mostró caídas inesperadas, y los índices PMI de manufactura en EE.UU., Europa y Japón indicaron una recuperación moderada pero sólida. Sin embargo, la entrada en vigor de tarifas recíprocas entre EE.UU. y sus socios comerciales generó preocupación sobre un posible impacto negativo en la demanda y la inflación.

Desde el prisma regional, los mercados asiáticos y europeos respondieron con volatilidad, reflejando la interconexión de las economías y la sensibilidad a las decisiones de la Fed. En Chile, la incertidumbre monetaria internacional se tradujo en fluctuaciones del dólar y del cobre, afectando la planificación económica local.

Los asesores económicos de los principales candidatos presidenciales chilenos, como Nicolás Bohme para Jeanette Jara y Jorge Quiroz para José Antonio Kast, tuvieron que incorporar este escenario global complejo en sus planes, evaluando costos y oportunidades ante un contexto externo volátil.

“El costo de las propuestas actuales alcanza cerca de US$ 3.500 millones,” señaló Bohme, subrayando la necesidad de ajustar expectativas fiscales en un entorno incierto.

En definitiva, el episodio de Jackson Hole y sus consecuencias en Wall Street evidencian una encrucijada donde convergen la política, la economía y la psicología de mercados. La esperanza de un alivio monetario rápido se desvaneció, dejando en su lugar un escenario de precaución y ajustes graduales.

Para los observadores críticos, este momento invita a reflexionar sobre la fragilidad de las expectativas en un mundo donde la política y la economía están profundamente entrelazadas. El mercado no solo reacciona a datos, sino también a las luchas internas de poder y a la narrativa que se construye alrededor de ellas.

La lección es clara: en un sistema globalizado y politizado, la independencia de las instituciones económicas es un bien frágil, y su erosión puede tener consecuencias palpables en la vida cotidiana y en la estabilidad financiera.

Este episodio deja a Chile y al mundo en un estado de vigilancia, con la certeza de que las decisiones en Washington repercutirán en las calles de Santiago y más allá, marcando el ritmo de la economía y la política en los meses venideros.