El giro programático de Jeannette Jara: redistribución y control estatal en el centro del debate económico

El giro programático de Jeannette Jara: redistribución y control estatal en el centro del debate económico
Economía
Empresas y Negocios
2025-11-18
Fuentes
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- Cambio de rumbo en la propuesta oficialista tras críticas al programa inicial.

- Tensión entre crecimiento y redistribución: Estado versus iniciativa privada.

- Impactos fiscales y laborales poco claros, con voces enfrentadas sobre su viabilidad.

Un cambio de escenario en el debate económico chileno ha emergido con la presentación, en agosto pasado, del segundo programa de gobierno de Jeannette Jara, candidata presidencial del oficialismo. Este documento marcó un giro respecto al plan inicial, descartando el foco exclusivo en la demanda interna para abrir paso a un relato que reconoce avances pero prioriza la redistribución y el control estatal.

La propuesta, que busca encajar en una investidura socialdemócrata dentro de la coalición "Unidad por Chile", ha puesto en evidencia un choque frontal entre dos visiones económicas. Por un lado, quienes abogan por reactivar el crecimiento a través de condiciones habilitantes para la inversión y la innovación. Por otro, una apuesta por un Estado con capacidad de dirección estratégica que subordina el dinamismo privado.

Nicolás Bohme, asesor económico de Jara, explicó que el programa se basa en un "círculo virtuoso" donde "el Estado aporta la capacidad de dirección estratégica y el sector privado el dinamismo". Esta definición, sin embargo, ha sido interpretada como una subordinación del sector privado que reproduce esquemas rígidos y poco efectivos para economías abiertas como la chilena.

El contexto económico nacional es complejo: Chile enfrenta un prolongado ciclo de baja expansión, inversión estancada, alto desempleo e informalidad laboral. En este escenario, la ausencia de un énfasis claro en el crecimiento dentro del programa de Jara ha generado críticas. El propio Bohme reconoció que el crecimiento es "parte" de la estrategia, pero no el centro.

Otra arista polémica es la propuesta de un ingreso vital de $750.000, que no contempla un análisis detallado de su impacto fiscal ni laboral. La transformación conceptual del "salario" a "ingreso" revela un matiz político que ha sido cuestionado por economistas y sectores productivos.

El comando oficialista estima un costo fiscal de US$3.500 millones para su plan, equivalente a un punto del PIB, financiado mediante reasignaciones y eficiencia del gasto, sin detallar las fuentes concretas de ahorro. Esta incertidumbre ha alimentado la desconfianza en la viabilidad del programa.

Desde la oposición y el mundo empresarial, la crítica es clara: un modelo donde el Estado asume la conducción y el sector privado queda relegado a un rol secundario dificulta la creación de confianza y dinamismo necesarios para reactivar la economía.

En contraste, sectores sociales alineados con la propuesta defienden la necesidad de un Estado fuerte para corregir desigualdades estructurales y apuntan a que la redistribución es un motor para el desarrollo equitativo.

Este enfrentamiento de visiones refleja una tensión profunda en la sociedad chilena sobre el modelo económico que debe guiar al país en la próxima década. La disputa no es solo técnica, sino también política y social, con implicancias directas en la calidad de vida y oportunidades de los ciudadanos.

Conclusiones

A casi tres meses de la presentación del programa de Jara, se constata que:

- El giro programático ha generado un debate intenso sobre la prioridad entre crecimiento económico y redistribución.

- La propuesta oficialista mantiene una lógica que prioriza el control estatal, con riesgos evidentes para la confianza y la inversión privada.

- La falta de claridad en el financiamiento y en los impactos laborales añade incertidumbre a la viabilidad del plan.

- La polarización entre visiones económicas refleja un desafío mayor: construir consensos que permitan un desarrollo sostenible y justo.

En definitiva, la historia que se despliega ante Chile no es solo la de un programa de gobierno, sino la de un país en busca de un rumbo económico que concilie eficiencia, equidad y estabilidad. El coliseo está abierto, y los actores principales se encuentran en plena contienda, mientras la ciudadanía observa y evalúa las consecuencias que ya comienzan a asomar en el horizonte.

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Fuentes consultadas: Diario Financiero (21-08-2025), declaraciones públicas de Nicolás Bohme, análisis de expertos económicos y reacciones de sectores políticos y empresariales.