La nueva medición de audiencias en Chile: cómo cambió el rating y qué revela sobre el consumo televisivo

La nueva medición de audiencias en Chile: cómo cambió el rating y qué revela sobre el consumo televisivo
Economía
Empresas y Negocios
2025-11-18
Fuentes
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- Innovación tecnológica en la medición de audiencias con dispositivos que capturan consumo en múltiples pantallas.

- Impacto en la industria televisiva tradicional frente a plataformas digitales.

- Divergencias y oportunidades entre anunciantes, canales y consumidores en el nuevo escenario.

El martes 7 de octubre de 2025 marcó un punto de inflexión en la forma en que Chile mide su consumo televisivo. Kantar Ibope Media implementó una metodología inédita que integra datos de televisión abierta, cable, plataformas digitales y dispositivos móviles, ampliando el universo de medición a 16,6 millones de personas. Este cambio no solo modernizó la captura de audiencias, sino que, más importante aún, pasó de porcentajes a valores absolutos, permitiendo conocer con precisión cuántas personas realmente consumen cada contenido.

En el centro de esta revolución tecnológica están dispositivos como el People Meter 7, un tablet que optimiza la recopilación de datos en hogares, y el Focal Meter, que mide el consumo en pantallas inteligentes, computadores, tablets y smartphones. Ignacio Mirchak, Country Leader de Kantar Ibope Media, destacó que “la forma en que consumimos contenido cambió radicalmente con la digitalización y la medición de audiencia también debía evolucionar”.

Una batalla entre viejos y nuevos formatos

Los canales tradicionales —Chilevisión, Mega, Canal 13 y TVN— enfrentan ahora un escenario donde sus audiencias se fragmentan y migran a plataformas digitales, principalmente YouTube, que por primera vez supera en consumo televisivo a celulares y computadores. Este fenómeno obliga a los canales a repensar su oferta y estrategias publicitarias.

Desde la perspectiva de los anunciantes, la nueva medición representa un arma de doble filo. Por un lado, la precisión en datos absolutos permite optimizar inversiones y segmentar mejor las audiencias. Por otro, la dispersión en múltiples dispositivos y plataformas complejiza la planificación y el seguimiento de campañas.

Voces desde el espectro político y social

En el espectro político, la discusión se polariza. Sectores más conservadores ven en la medición un desafío a la hegemonía de los medios tradicionales, que consideran un patrimonio cultural y social. Por su parte, voces progresistas celebran la democratización del consumo y la apertura a contenidos más diversos y plurales, aunque advierten sobre la concentración de poder en plataformas digitales globales.

Socialmente, la ciudadanía muestra una actitud ambivalente. Mientras algunos valoran la libertad y variedad que ofrecen los nuevos formatos, otros lamentan la pérdida de puntos de encuentro comunes que solían ser los programas de televisión abierta.

Constataciones y consecuencias

Lo ocurrido con la medición de audiencias en Chile no es solo un ajuste técnico, sino un reflejo de la transformación cultural y económica del consumo mediático. El paso a una medición integrada y absoluta visibiliza la fragmentación real del público y obliga a todos los actores a adaptarse.

Sin embargo, esta transición también abre interrogantes sobre la concentración de datos en manos de pocas empresas, la privacidad de los usuarios y el futuro del contenido local frente a la globalización digital.

En definitiva, el cambio en la medición del rating es un espejo de la sociedad chilena que se mueve entre la nostalgia por lo conocido y la incertidumbre ante lo nuevo, donde cada actor —desde canales hasta espectadores— libra su propia batalla en este renovado coliseo mediático.