
En medio de un escenario electoral que parecía encasillado en bloques tradicionales, la reciente apertura de Jeannette Jara hacia Franco Parisi ha generado un giro inesperado en la campaña presidencial que se disputa en la segunda vuelta. El 17 de noviembre de 2025, la candidata oficialista expresó su disposición a dialogar con el líder del Partido de la Gente (PDG), pero con un matiz claro: no espera una transferencia automática de votos.
Esta declaración no solo revela un cambio táctico, sino que pone en evidencia la complejidad del electorado y la fragmentación política actual. Jara enfatizó que 'la política no es un simple traspaso de votos, sino un trabajo para conquistar a la ciudadanía', subrayando la autonomía y conciencia del votante, un mensaje que resuena con quienes están cansados de la política tradicional y buscan propuestas que conecten con sus demandas reales.
Sin embargo, este gesto conciliador no ha sido recibido sin críticas dentro de su propio sector. Parlamentarios del Socialismo Democrático han cuestionado el rol del Gobierno y del Partido Comunista, al que Jara está vinculada, acusándolos de haber complicado la campaña en primera vuelta. 'Jeannette Jara, más que pelear con la derecha, tuvo que pelear con el PC y con el Gobierno producto de las tonteras que hacía el Ejecutivo', afirmó el senador Pedro Araya (PPD), reflejando la tensión interna que amenaza con minar la cohesión oficialista.
Por otro lado, desde el comando de Jara se sostiene que la estrategia no pasa por buscar un apoyo explícito de Parisi, sino por conectar con su base electoral, compuesta en gran parte por ciudadanos desencantados con los abusos y que valoran la meritocracia en la política. Este enfoque apunta a un electorado menos politizado, que no responde a lealtades partidarias sino a percepciones y propuestas concretas.
Desde la vereda opuesta, el propio Franco Parisi ha mantenido un perfil reservado, sin confirmar encuentros formales, pero su sorpresivo tercer lugar en la primera vuelta le otorga un rol clave en definir el rumbo de esta segunda fase electoral.
Este escenario ha puesto en evidencia la dificultad de construir alianzas en un contexto donde las identidades políticas se fragmentan y la ciudadanía exige autenticidad y propuestas frescas. La campaña se desarrolla en un ambiente donde las tensiones internas y las expectativas ciudadanas se enfrentan en un delicado equilibrio.
En definitiva, la apertura al diálogo de Jara con Parisi es más que un gesto político; es un reflejo de una ciudadanía que no acepta ser moneda de cambio y que demanda un compromiso real. Las consecuencias de esta dinámica se verán en la capacidad de los actores para adaptarse a un electorado plural y exigente, y en cómo los partidos tradicionales enfrentan la erosión de sus bases.
Esta historia, lejos de cerrarse, invita a observar con atención cómo se redefinen las alianzas y los discursos en la política chilena, marcando un punto de inflexión para la participación ciudadana y la construcción de consensos en tiempos fragmentados.
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Fuentes: Cooperativa.cl (17/11/2025), declaraciones oficiales de Jeannette Jara y análisis parlamentarios posteriores.