
El martes 18 de noviembre de 2025, Viña del Mar vivió una jornada marcada por un incendio estructural que desencadenó una crisis en el suministro eléctrico y la movilidad urbana. El siniestro se originó en la avenida Arlegui, entre las calles Crucero y Quilpué, una zona densamente comercial y cercana a la subestación eléctrica Marga Marga. La empresa CGE, responsable del suministro, debió realizar una desconexión forzosa que dejó sin luz a 49.248 clientes en las comunas de Viña del Mar y Valparaíso, según informó la Superintendencia de Electricidad y Combustibles (SEC).
Bomberos de Viña del Mar y Valparaíso trabajaron con cerca de 20 carros para controlar las llamas, que alcanzaron la tercera alarma de emergencia. La cercanía del incendio a la subestación Marga Marga obligó a tomar medidas urgentes para evitar daños mayores, pero también provocó un colapso vial en el centro de la Ciudad Jardín, afectando a comerciantes y transeúntes.
Desde el sector empresarial, varios comerciantes expresaron su frustración por las pérdidas económicas derivadas del cierre forzado y la incertidumbre sobre la duración del corte eléctrico. "La falta de suministro durante horas nos deja sin ventas en una temporada clave," comentó una dueña de local en la avenida Arlegui.
En contraparte, autoridades locales y de emergencia enfatizaron la prioridad de resguardar la seguridad pública y evitar que el incendio afectara la infraestructura crítica. La seremi de Energía destacó que "la desconexión fue una medida necesaria para proteger la red y a la población", mientras que Bomberos insistieron en la necesidad de mantener alejados a los ciudadanos para facilitar las labores de control.
Este episodio no es aislado en la región, donde la infraestructura eléctrica ha mostrado vulnerabilidades ante emergencias urbanas. La subestación Marga Marga, clave para el suministro de la zona, ha sido objeto de inversiones recientes para mejorar su resiliencia, pero el incendio expuso aún así riesgos latentes.
Además, la emergencia reavivó el debate sobre la planificación urbana y la concentración de locales comerciales en zonas con infraestructura crítica, así como la capacidad de respuesta de los servicios de emergencia en un contexto de crecientes demandas.
La gestión de esta crisis dejó en evidencia las tensiones entre la necesidad de mantener la actividad económica y la urgencia de proteger la seguridad ciudadana y la infraestructura. Mientras Bomberos y CGE continúan evaluando daños y reparaciones, la comunidad espera respuestas claras sobre las causas del incendio y medidas para prevenir futuros episodios.
Por último, la experiencia vivida plantea preguntas sobre la coordinación interinstitucional y la inversión en infraestructura urbana resiliente, aspectos que serán clave para evitar que un incidente como este vuelva a paralizar una de las zonas más dinámicas de la región de Valparaíso.
Fuentes consultadas incluyen reportes de La Tercera, Cooperativa y declaraciones oficiales de CGE, Bomberos y la SEC.