Lluvias en Chile: ¿qué regiones se vieron afectadas y cómo enfrentó el país el cambio climático? : Un análisis más allá del pronóstico inmediato

Lluvias en Chile: ¿qué regiones se vieron afectadas y cómo enfrentó el país el cambio climático? : Un análisis más allá del pronóstico inmediato
Actualidad
Medioambiente
2025-11-19
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- Lluvias irregulares y sectorizadas en zonas tradicionalmente secas y lluviosas.

- Desacuerdos regionales y sociales sobre la gestión de emergencias y prevención.

- Consecuencias visibles en eventos culturales y en la percepción del cambio climático.

El pronóstico se cumplió, pero el impacto fue desigual. Desde el 19 de noviembre de 2025, un sistema frontal pequeño trajo lluvias a las regiones de Aysén, La Araucanía, Los Lagos y parte del Biobío, mientras que la Región Metropolitana mantuvo temperaturas altas y cielos nubosos sin precipitaciones significativas. Esta distribución no solo ratificó las predicciones meteorológicas, sino que también puso en evidencia las complejidades sociales y políticas que emergen cuando la naturaleza desafía las expectativas y la planificación urbana y rural.

En el sur, donde las lluvias son habituales, las precipitaciones causaron estragos menores, pero en la zona central, el escenario fue otro. Según Alejandro Sepúlveda, periodista especializado en meteorología, la lluvia en Santiago fue 'sectorizada y débil a moderada', afectando principalmente comunas como San José de Maipo, Lo Barnechea, Las Condes y La Reina. Sin embargo, para muchos habitantes, la llegada del agua representó un alivio temporal ante semanas de intenso calor y sequía persistente.

Por otro lado, la Región Metropolitana, que no recibió lluvias significativas, vivió una paradoja: mientras la naturaleza no cumplía con las expectativas de alivio hídrico, la ciudad se preparaba para eventos masivos como las fondas de Fiestas Patrias, que se mantuvieron activas pese a la amenaza de lluvia. Juan Pablo Tapia, productor general de la Gran Fonda de Chile, afirmó que estaban preparados para la lluvia y que las estructuras contaban con materiales impermeables para evitar cancelaciones.

Este contraste entre la preparación humana y la imprevisibilidad natural revela un país en tensión. Las regiones lluviosas enfrentan desafíos en infraestructura y gestión de emergencias, mientras que las zonas más secas lidian con la incertidumbre sobre la frecuencia y la intensidad de las precipitaciones, un fenómeno que expertos vinculan al cambio climático.

Desde una perspectiva política, las respuestas han sido disímiles. Algunos sectores llaman a fortalecer la planificación urbana y rural para enfrentar eventos extremos, mientras que otros critican la falta de políticas integrales que consideren el impacto del calentamiento global en la distribución de lluvias y temperaturas.

En lo social, la experiencia de las lluvias recientes ha reforzado la conciencia ciudadana sobre la importancia de la adaptación climática. Sin embargo, persisten voces que cuestionan la capacidad del Estado para anticipar y mitigar riesgos, especialmente en comunidades rurales y periféricas.

Finalmente, la verdad que emerge es menos una cuestión de cuándo llueve y más sobre cómo se prepara y responde la sociedad chilena a estos eventos. El sistema frontal del 19 de noviembre fue un recordatorio de que la naturaleza no siempre sigue los guiones previstos, y que las consecuencias visibles —desde la gestión de eventos culturales hasta la seguridad hídrica— requieren un enfoque multidimensional.

En conclusión, el análisis a distancia temporal permite ver que las lluvias de noviembre 2025 no solo trajeron agua, sino que también desnudaron las tensiones entre regiones, sectores sociales y políticas públicas frente a un clima cambiante. La invitación es a mirar más allá del pronóstico inmediato y a reflexionar sobre las transformaciones profundas que Chile debe enfrentar para convivir con su nuevo paisaje climático.