
Un tablero político en movimiento. El 16 de noviembre de 2025 se realizó la primera vuelta presidencial en Chile, con resultados que han alterado el mapa tradicional de fuerzas políticas. José Antonio Kast, desde Temuco, y Jeannette Jara, desde La Pintana, emergen como actores clave para la segunda vuelta, cada uno desplegando estrategias que reflejan no solo sus bases electorales, sino también sus desafíos para ampliar apoyos.
Kast obtuvo un 23,92% de los votos a nivel nacional, alcanzando un 32,96% en La Araucanía, mientras Jara logró un 26,85% con menor presencia en el sur. El republicano hace un llamado explícito a la unidad de la derecha, incluyendo a los votantes de Johannes Kaiser y Evelyn Matthei, y abre la puerta a seguidores de Franco Parisi, quien sorprendió con un tercer lugar y un 19,71% de respaldo nacional.
"Cualquier persona que se quiera sumar a esta campaña y dar su apoyo a las ideas de la libertad, será muy bienvenido", afirmó Kast desde Temuco, consolidando su apuesta por un bloque más amplio a la derecha.
Por su parte, Jara apuesta por un trabajo más silencioso, ordenado y disciplinado, que incorpora propuestas ajenas a su coalición, como la idea de devolver el IVA en medicamentos presentada por Parisi, y la agenda oncológica de Matthei. "Todos los cambios que se hagan van a complementar la estrategia que hemos llevado adelante, que a veces no es tan bulliciosa, pero sí es trabajo serio", señaló en La Pintana.
Franco Parisi, economista y líder del Partido de la Gente (PDG), se posiciona como un actor inesperado y determinante. Ganó en 64 comunas y fue la primera mayoría en cuatro regiones del norte. Su partido, que en 2021 había sufrido una crisis interna con expulsiones y renuncias, ahora suma 14 diputados, consolidándose como una fuerza con capacidad de negociación en el Congreso.
La figura de Parisi ha tensionado a Chile Vamos, cuyo candidato Evelyn Matthei quedó relegado al quinto lugar, superada incluso por Parisi y Kaiser. "Podemos haber tenido diferencias, pero esas diferencias no tienen comparación con lo que tenemos al frente", declaró Matthei, quien ahora apoya al comando de Kast, en un gesto que refleja la urgencia de unidad frente a un escenario incierto.
La fragmentación electoral ha puesto en jaque la supervivencia de trece partidos políticos, entre ellos algunas colectividades tradicionales y otras emergentes. La ley exige un mínimo del 5% de votos o cuatro parlamentarios en al menos dos regiones para mantener la inscripción.
Entre los afectados están el Partido Radical, Evópoli, Amarillos por Chile y el Partido Social Cristiano, entre otros. La posibilidad de fusiones, similar a la experimentada por Convergencia Social y Revolución Democrática en 2024, aparece como una solución pragmática, aunque con resistencias internas. Mientras algunos sectores de Chile Vamos consideran la unión como una vía para sobrevivir, la UDI ha descartado esta opción de plano.
Mientras la carrera presidencial se calienta, la Cámara de Diputados enfrenta la compleja tarea de aprobar la Ley de Presupuesto 2026. Tras la negativa de la Comisión Mixta a la mayoría de las partidas, el gobierno presentó indicaciones sustitutivas que han sido recibidas con críticas desde diversos partidos.
Hasta el cierre del 17 de noviembre, se habían aprobado 11 partidas, incluyendo Hacienda, Justicia y Defensa, pero rechazado otras claves como Interior, Educación y Salud. El ministro de Economía, Nicolás Grau, ha defendido las modificaciones, que incluyen aumentos en subsidios habitacionales y ajustes sociales, pero el debate ha evidenciado tensiones profundas sobre prioridades y gestión.
El plazo para despachar el presupuesto vence el 29 de noviembre. De no lograrse un acuerdo, la Constitución obliga a promulgar el proyecto original sin modificaciones, lo que podría generar un impacto significativo en la ejecución estatal.
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Este escenario confirma una transición política marcada por la emergencia de nuevas fuerzas y la reconfiguración de las tradicionales. La fragmentación y recomposición de partidos reflejan una ciudadanía que demanda renovaciones, pero también genera incertidumbres sobre la estabilidad institucional.
La disputa presidencial no solo es un duelo entre candidatos, sino un choque de propuestas y estilos que busca captar a un electorado dividido y cambiante. La negociación del presupuesto refleja, a su vez, la complejidad de gobernar en un Parlamento fragmentado y con agendas contrapuestas.
En suma, Chile enfrenta un momento en que las certezas se disuelven y cada actor político debe redefinir su rol, mientras la sociedad observa expectante, consciente de que las decisiones de estas semanas moldearán el rumbo del país para los próximos años.
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Fuentes: CIPER Chile, Agencia Uno, Uno Noticias