Chile en la encrucijada electoral: miedo, desilusión y la búsqueda de un nuevo orden político

Chile en la encrucijada electoral: miedo, desilusión y la búsqueda de un nuevo orden político
Actualidad
Política
2025-11-19
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- Miedo como motor emocional y político

- Fragmentación y desafección ciudadana

- El desafío de construir legitimidad y gobernabilidad en un Chile dividido

El 16 de noviembre de 2025, Chile vivió una elección presidencial que no solo confirmó un cambio en el liderazgo político, sino que evidenció las profundas tensiones que atraviesan a la sociedad. Más allá de los resultados, lo que emerge con claridad es un país marcado por el miedo como herramienta política, la desilusión con los proyectos transformadores y una ciudadanía que demanda orden y eficacia, aunque con recelo hacia las élites y las instituciones.

El miedo como horizonte político

Desde hace años, la inseguridad ciudadana y la percepción de vulnerabilidad han calado hondo en el ánimo colectivo. Una encuesta reciente mostró que el miedo a la delincuencia y la incertidumbre económica se mantienen como las principales preocupaciones. Este clima emocional ha sido hábilmente capitalizado por sectores políticos de derecha y centroderecha, que han hecho del retorno al orden la promesa central de sus campañas. Como señala el sociólogo Juan Pardo, 'el miedo es una emoción funcional que simplifica y jerarquiza la reacción ante las amenazas', y en un ecosistema comunicacional dominado por la urgencia y la simplificación, esta emoción se traduce en un discurso que privilegia la mano firme y la eficacia por sobre la deliberación democrática.

Sin embargo, esta demanda de orden convive con una paradoja inquietante: la desafección hacia las propias instituciones y actores políticos, que son vistos con desconfianza o incluso desprecio. La política tradicional, entendida como espacio de diálogo y construcción colectiva, es percibida como un ruido o una distracción, mientras crece la tolerancia a soluciones autoritarias o excepcionales cuando la democracia parece insuficiente para garantizar seguridad y estabilidad.

La desilusión con la transformación y el fin del delirio

La elección también reflejó el agotamiento de un ciclo político marcado por expectativas de cambios profundos que, en la práctica, no se materializaron. Como analiza el académico Álvaro Pezoa y otros expertos, la izquierda que llegó al gobierno con un proyecto refundacional enfrentó la realidad de una sociedad dividida y un sistema político fragmentado. El intento de cambiar la Constitución y las políticas públicas se estancó, y el desencanto con la gestión oficialista se tradujo en una pérdida de apoyo electoral.

Este fenómeno está acompañado por un crecimiento de candidaturas y discursos que no se inscriben en los tradicionales ejes ideológicos, sino que canalizan demandas emocionales y materiales de sectores populares y medios urbanos que se sienten excluidos o poco representados. La irrupción de figuras como Franco Parisi y Johanes Kaiser, con propuestas heterogéneas pero efectivas para captar votos en regiones y clases medias, es la expresión de un Chile que busca alternativas fuera del espectro convencional.

La política que se valora y la que se rechaza

A pesar del desencanto, no hay una despolitización total. Investigaciones cualitativas en sectores vulnerables revelan que la ciudadanía valora la política como espacio necesario para ordenar la convivencia y resolver problemas colectivos, pero rechaza la práctica concreta de quienes la ejercen. Como expone Juan Fernández Labbé, 'la legitimidad de la política se juega en la tensión entre ideales compartidos y la realidad de los actores'. La clave está en que los políticos logren acercar sus acciones a esas expectativas, construyendo proyectos coherentes y sostenibles que no se reduzcan a promesas incumplidas o a la confrontación estéril.

Voces en conflicto: desde el clasismo al rap político

El clima electoral también exhibió manifestaciones de tensión social y cultural. La ofensiva frase de un jefe de campaña que calificó al gobierno como un 'Gobierno de atorrantes' reveló el persistente clasismo que permea algunos discursos políticos, generando rechazo y polarización entre sectores populares y élites. Este insulto no solo hiere a quienes se sienten representados por la administración oficialista, sino que también evidencia una desconexión sociocultural que puede traducirse en castigos electorales.

Por otro lado, intentos de conectar con el electorado joven mediante estrategias poco coherentes, como la campaña en formato rap de una candidata de derecha, terminaron por mostrar una fragilidad en la comunicación política, donde la búsqueda de viralidad se contrapone con la necesidad de transmitir solidez y coherencia.

Conclusiones: verdades y consecuencias

La elección presidencial de noviembre de 2025 no solo definió un cambio de mando, sino que dejó en evidencia un Chile en tensión entre el miedo y la esperanza, la desilusión y la búsqueda de orden. El miedo, lejos de ser un defecto, es una emoción humana que ha sido instrumentalizada con eficacia por ciertos actores políticos, pero que también genera riesgos para la democracia si se traduce en políticas efectistas y cortoplacistas.

Por otra parte, la fragmentación política y social obliga a repensar la forma en que se construyen las mayorías y se gobierna, en un escenario donde la ciudadanía demanda proyectos concretos, coherentes y legítimos, y rechaza la violencia simbólica y el desprecio clasista.

Finalmente, la política chilena enfrenta el desafío de recuperar la confianza y la capacidad de diálogo, no para regresar a modelos pasados, sino para proyectar un orden posible y legítimo que atienda los problemas sociales y construya una sociedad deseada, evitando caer en la trampa del simplismo o la polarización extrema. Como advierte la sociología política, el arte de la política está en hacer posible lo que parece imposible: construir mayorías que trasciendan las emociones inmediatas y se comprometan con el bien común.

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Fuentes consultadas: La Tercera, El País Chile, CIPER Chile, análisis de expertos Juan Pardo, Álvaro Pezoa, Juan Fernández Labbé, y reportajes complementarios de noviembre de 2025.