
Un escenario cargado de tensiones y expectativas
El 18 de agosto de 2025, José Antonio Kast lanzó oficialmente su campaña presidencial en Antofagasta. Lejos del centro político tradicional de Santiago, el exdiputado y líder del Partido Republicano eligió el norte para presentar su eslogan "La fuerza del cambio" y marcar el tono de su tercera carrera a La Moneda.
En su discurso, Kast no escatimó en críticas hacia el gobierno actual y su candidata oficialista, Jeannette Jara, a quien definió como 'la heredera de Gabriel Boric, la heredera de las mentiras, la heredera de la incompetencia'. La dureza de sus palabras refleja una estrategia clara: capitalizar el descontento social y económico acumulado durante los últimos años.
Ejes y propuestas de un cambio radical
El abanderado presentó un paquete de medidas que buscan responder a las demandas más sentidas por su base electoral y por sectores preocupados por la seguridad y la economía. Entre ellas destacan:
- Un "Plan Implacable" para enfrentar la delincuencia con mano dura, incluyendo la construcción de cárceles de alta seguridad.
- El "Plan Escudo Fronterizo" para frenar la inmigración ilegal, que ha sido uno de los temas más polémicos en la agenda nacional.
- Reducción de impuestos para pymes y clase media, con la promesa de reactivar la demanda interna y la prosperidad.
- Medidas para terminar con las listas de espera en salud pública y cambios en el sistema educativo, como el fin de la tórmbola.
Kast también enfatizó la necesidad de reducir el tamaño del Estado y fortalecer a las fuerzas de orden, incluyendo Carabineros, PDI, Gendarmería y las Fuerzas Armadas.
Perspectivas encontradas: un país dividido
Desde la derecha conservadora y sectores empresariales, el discurso de Kast ha sido recibido como un llamado urgente a retomar el control y ofrecer certezas en medio de la incertidumbre económica y social. Para ellos, la continuidad del gobierno de Boric ha significado un estancamiento y una gestión marcada por la inoperancia.“Han sido cuatro años para demostrar el fracaso del Estado frente a las urgencias sociales”, afirmó Kast.
En contraste, desde la centroizquierda y movimientos sociales, la campaña del exdiputado es vista como una amenaza a los avances en derechos sociales y una apuesta a la polarización. Críticos advierten que su enfoque en la seguridad y la inmigración puede profundizar las divisiones sociales y estigmatizar a comunidades vulnerables.
En regiones como Antofagasta, donde la desigualdad y la crisis económica golpean con fuerza, la recepción es ambivalente: hay quienes valoran la atención a sus problemas específicos, mientras otros temen que las soluciones propuestas sean insuficientes o excluyentes.
Conclusiones: verdades a medias y desafíos futuros
A casi tres meses del inicio formal de la campaña, la figura de José Antonio Kast emerge como un protagonista ineludible en la contienda presidencial. Su discurso, cargado de promesas de cambio radical, capitaliza un sentimiento de urgencia en amplios sectores, pero también abre interrogantes sobre el camino que Chile está dispuesto a transitar.
Las cifras de desempleo, informalidad y percepción de inseguridad muestran una realidad compleja que no se resuelve con respuestas simplistas. La apuesta de Kast por medidas duras y recortes estatales confronta visiones que abogan por un Estado más activo y una democracia más inclusiva.
En este coliseo político, el país observa y espera, consciente de que la tragedia podría no ser sólo de unos pocos, sino el reflejo de una sociedad en busca de equilibrio entre orden, justicia y progreso.
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Fuentes consultadas: La Tercera (18/08/2025), análisis de opinión pública regional y reportes socioeconómicos nacionales.
2025-11-11