Bolivia tras las elecciones de 2025: un giro político con desafíos económicos y sociales a la vista

Bolivia tras las elecciones de 2025: un giro político con desafíos económicos y sociales a la vista
Internacional
América Latina
2025-11-19
Fuentes
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- Desmoronamiento del MAS tras dos décadas de hegemonía.

- Ascenso de la derecha conservadora con dos candidatos en segunda vuelta.

- Economía en crisis como motor del cambio político.

Bolivia ha cerrado un capítulo histórico y abierto otro, aunque no sin tensiones ni incertidumbres. El 18 de agosto de 2025, las elecciones presidenciales marcaron un cambio radical: dos candidatos conservadores, Rodrigo Paz y Rodrigo "Tuto" Quiroga, lograron pasar a segunda vuelta, desplazando al Movimiento al Socialismo (MAS) de Evo Morales, que quedó en bancarrota política con un 3% y 8% para sus dos principales candidatos. Este resultado no es solo un cambio de liderazgo, sino la expresión de un malestar profundo con un modelo político y económico que ha mostrado signos de desgaste severo.

Desde la perspectiva política, el fenómeno es inédito. Según analistas consultados por La Tercera, el MAS se fragmentó bajo el peso de disputas internas y la impopularidad del gobierno de Luis Arce, lo que abrió paso a una derecha que capitalizó el descontento ciudadano. El senador Rodrigo Paz, del Partido Demócrata Cristiano (PDC), emergió como la gran sorpresa con un 32%, mientras que Quiroga obtuvo un 27%. La nueva configuración parlamentaria también refleja esta transformación, con el PDC ganando terreno y el MAS relegado a una fuerza secundaria.

En el plano social, las reacciones son diversas y reflejan las fracturas profundas del país. Sectores indígenas y movimientos sociales, históricamente afines al MAS, expresan preocupación por la pérdida de representación, temiendo un retroceso en derechos conquistados. Por otro lado, sectores urbanos y empresariales ven en este cambio una oportunidad para estabilizar la economía y atraer inversiones.

La crisis económica ha sido el telón de fondo ineludible. Con una inflación interanual cercana al 25%, escasez de productos básicos y reservas internacionales reducidas a apenas US$ 2 mil millones, Bolivia enfrenta un escenario complejo. El desgaste económico ha erosionado la confianza en la continuidad del modelo vigente y ha impulsado la demanda de reformas profundas.

Los candidatos de derecha han planteado la necesidad de modernizar el Estado, realizar ajustes fiscales drásticos y abrir sectores productivos dominados por el Estado a la iniciativa privada. Rodrigo Paz, en particular, ha abogado por mejorar las relaciones diplomáticas y comerciales con Chile, lo que podría reconfigurar el mapa geopolítico regional.

Sin embargo, este camino no está exento de riesgos. La historia reciente de Bolivia está marcada por la inestabilidad política, protestas violentas y caudillismos, factores que podrían complicar la implementación de reformas y profundizar las divisiones sociales.

En conclusión, las elecciones de 2025 no solo reflejan un cambio de liderazgo, sino una demanda ciudadana por un rumbo distinto en lo político y económico. La fragmentación del MAS y el ascenso de la derecha conservadora abren un período de incertidumbre, donde la capacidad de los nuevos actores para gestionar la crisis económica y social será decisiva.

La verdad ineludible es que Bolivia enfrenta un desafío doble: reconstruir la confianza política y estabilizar la economía sin fracturar aún más su tejido social. La nueva etapa que comienza es, en esencia, una prueba de madurez democrática y resiliencia nacional.