
Un fin de semana largo marcado por la tragedia vial sacudió a Chile en sus recientes jornadas festivas, dejando un saldo de 22 personas fallecidas en accidentes de tránsito entre el 30 de octubre y 1 de noviembre de 2025. Esta cifra representa un aumento significativo con respecto a años anteriores y ha puesto en el centro del debate la eficacia de las políticas públicas y la conducta ciudadana en las carreteras nacionales.
Según el balance oficial de Carabineros, durante el fin de semana largo se registraron 45.718 fiscalizaciones, 166 detenciones y 421 infracciones de tránsito. Sin embargo, a pesar de una disminución del 39% en el número total de accidentes respecto al mismo periodo de 2023, las víctimas fatales aumentaron notablemente, pasando de 11 a 22 en solo un día.
El teniente coronel Rodrigo Pérez, de la Prefectura de Tránsito y Carreteras, explicó que 'siete de las víctimas fueron peatones, quienes cruzaron por lugares no habilitados o lo hicieron de manera desatenta', apuntando a un factor humano como causa recurrente. También destacó que '83 conductores fueron sorprendidos conduciendo bajo la influencia del alcohol o drogas', lo que sigue siendo un problema persistente.
Desde el Gobierno, la ministra de Obras Públicas Jessica López reconoció la gravedad de la situación y subrayó que 'se están implementando medidas para mejorar la seguridad vial, incluyendo controles más rigurosos y campañas educativas'. Sin embargo, expertos en seguridad vial y organizaciones civiles cuestionan la eficacia de estas acciones.
La académica y especialista en movilidad urbana María Fernanda Rojas señala que 'la reducción en la cantidad de accidentes no se traduce automáticamente en menos muertes, porque muchos siniestros siguen siendo de alta gravedad y ocurren en contextos de alta vulnerabilidad, como zonas rurales o en horarios nocturnos'. Añade que 'es urgente una reforma integral que incluya infraestructura segura, educación vial desde la infancia y sanciones efectivas'.
Por su parte, familiares de víctimas y organizaciones ciudadanas han levantado la voz para denunciar la falta de políticas preventivas y la insuficiente inversión en mantenimiento de carreteras y señalización. 'No queremos más números, queremos vidas salvadas', expresó una representante de la agrupación de víctimas de accidentes viales.
El aumento de víctimas no es homogéneo en todo el país. Mientras la Región Metropolitana y las principales rutas presentan mayor fiscalización y control, regiones como La Araucanía experimentan bloqueos y manifestaciones que complican aún más el tránsito y elevan los riesgos. Además, el perfil de las víctimas muestra que peatones y motociclistas siguen siendo los más afectados, reflejando desigualdades sociales y urbanísticas.
La tragedia del último fin de semana largo revela una brecha crítica entre la reducción de accidentes y el aumento de muertes. Esto evidencia que las políticas actuales, centradas principalmente en la fiscalización y sanción, no abordan con profundidad las causas estructurales del problema: la educación vial, la infraestructura segura, y las condiciones sociales que ponen en riesgo a los más vulnerables.
Además, la persistencia de conductores bajo influencia y peatones en situaciones de riesgo apunta a una cultura vial que no ha evolucionado al ritmo necesario. La fragmentación en las respuestas regionales y la falta de un plan nacional coherente agravan la situación.
En definitiva, este episodio no solo es una tragedia humana sino una llamada urgente a repensar la seguridad vial en Chile desde una mirada integral, que contemple la complejidad social y territorial del país. La pregunta que queda para los próximos meses es si las autoridades y la sociedad estarán a la altura para evitar que estas cifras sigan escalando y que más vidas se pierdan en nuestras carreteras.
---
Fuentes: Carabineros de Chile, La Tercera, Cooperativa.cl, declaraciones ministeriales, análisis académicos y testimonios de organizaciones civiles.