
Un programa en construcción, un proyecto en disputa. Así podría resumirse el complejo proceso que ha vivido Jeannette Jara desde que anunció su candidatura presidencial, un mes y medio atrás, y que hoy, a días de la inscripción definitiva, sigue dejando a la vista las grietas entre los distintos actores políticos que la respaldan.
Desde el 17 de agosto de 2025, cuando Jara presentó un texto programático inicial, se ha desplegado un escenario de pugnas internas que no solo reflejan diferencias ideológicas, sino también un choque de estrategias políticas que pone en juego la cohesión de la coalición oficialista.
El dilema del programa: ¿radical o moderado?
En el centro de la controversia está la tensión entre las propuestas originales del Partido Comunista (PC) y las demandas de moderación que impulsa el Socialismo Democrático (SD). Mientras el PC defiende la mantención de banderas emblemáticas como el salario vital de $750 mil y la negociación ramal —una forma de sindicalización sectorial que busca fortalecer la participación laboral—, el SD insiste en un enfoque más gradualista y pragmático.
El equipo económico de Jara, liderado por la frenteamplista Camila Miranda, ha intentado limar asperezas enfatizando el crecimiento mediante el dinamismo exportador, la convergencia fiscal y la agilización de proyectos de inversión, así como descartando reformas tributarias estructurales que podrían afectar a las grandes empresas. “No se ha planteado una reforma tributaria”, afirmó el asesor Marcos Barraza, reflejando la voluntad de evitar rupturas con sectores empresariales y políticos más moderados.
Pero esta postura ha generado descontento en un ala dura del PC, que ve en la dilución de las propuestas iniciales un riesgo electoral y un abandono de las bases movilizadas en torno a demandas sociales claras. “El programa es una especie de biblia para hacer campaña y salir a la calle”, señala un dirigente comunista cercano a Lautaro Carmona, presidente del partido.
Presiones y alianzas: la influencia del Socialismo Democrático y el PPD
La presión del SD y del Partido por la Democracia (PPD) se ha hecho sentir de forma creciente. El histórico dirigente del PPD, Guido Girardi, llegó a plantear la necesidad de reemplazar completamente el texto de primarias para construir un programa desde cero que represente a todo el progresismo. “Jeannette tiene atributos personales para ganar, pero necesita un proyecto país que vaya más allá del PC”, afirmó Girardi.
En este contexto, la colaboración de figuras como Carolina Tohá, exministra del Interior, ha sido clave, especialmente en materias de seguridad, donde la candidatura ha recibido aportes para fortalecer esa área crítica. También senadores como Paulina Vodanovic y Jaime Quintana han participado en la discusión, reflejando el intento de amalgamar distintas visiones dentro de la coalición.
Las contradicciones y la incertidumbre electoral
La ambigüedad en torno a temas sensibles como la eliminación o reforma de las AFP, la negociación ramal y la política tributaria ha provocado un efecto de incertidumbre en la opinión pública. En un conversatorio reciente, Jara tuvo que corregir su postura sobre la nacionalización del cobre y litio, admitiendo un “error” en su programa inicial, lo que evidencia la fragilidad y volatilidad de su discurso.
Las encuestas reflejan esta tensión: mientras el apoyo ciudadano de Jara ha mostrado signos de desgaste, sectores de la izquierda y el progresismo más moderado esperan que el programa se consolide para ofrecer certezas a un electorado que demanda claridad y propuestas concretas.
Conclusiones y desafíos futuros
La historia de la candidatura de Jeannette Jara no es solo la crónica de un programa en transformación, sino un espejo de las complejidades que enfrenta el progresismo chileno en su intento por articular un proyecto común en un escenario fragmentado y polarizado.
Las diferencias programáticas entre el PC y el SD no son meros desacuerdos tácticos, sino reflejos de visiones distintas sobre el rol del Estado, la economía y el mercado laboral. La capacidad de Jara para navegar estas aguas turbulentas determinará no solo su destino electoral, sino también la viabilidad de un bloque político que busca gobernar Chile en un momento decisivo.
La lección que deja este episodio es clara: en política, la construcción de consensos profundos es tan necesaria como difícil. Y en ese desafío, la definición programática no puede ser un mero trámite, sino el fundamento sólido sobre el que se construye la confianza ciudadana y se enfrentan las tragedias y esperanzas de un país en transformación.
Fuentes: La Tercera, Pulso, entrevistas a dirigentes del PC y Socialismo Democrático, declaraciones públicas de Jeannette Jara y su equipo económico.