Más de 170 muertos en Pakistán tras lluvias torrenciales: una tragedia que revela fallas estructurales y desafíos climáticos

Más de 170 muertos en Pakistán tras lluvias torrenciales: una tragedia que revela fallas estructurales y desafíos climáticos
Actualidad
Conflictos sociales
2025-11-19
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- Lluvias extremas que causaron más de 170 muertes y devastación en varias provincias.

- Accidente fatal de un helicóptero de rescate que profundizó la crisis.

- Debate político y social sobre la gestión de desastres y el cambio climático en Pakistán.

Una catástrofe anunciada y sus múltiples rostros

El 15 de agosto de 2025, Pakistán vivió uno de sus episodios más trágicos en años: más de 170 personas perdieron la vida debido a lluvias torrenciales que azotaron principalmente la provincia norteña de Khyber Pakhtunkhwa (KP), junto a otras regiones como Gilgit-Baltistán y Cachemira administrada por Pakistán. Las intensas precipitaciones desataron inundaciones repentinas, aludes, deslizamientos y rayos, que no solo cobraron vidas sino que arrasaron con puentes, viviendas y la infraestructura básica, dejando a miles en situación de emergencia.

En medio de esta calamidad, un helicóptero de rescate MI-17, que operaba en las zonas más afectadas, se precipitó debido a las condiciones climáticas adversas en el distrito de Mohmand, causando la muerte de cinco personas, incluidos dos pilotos. Este accidente puso en evidencia la complejidad y peligrosidad de las operaciones de ayuda en un territorio fragmentado y vulnerable.

Perspectivas encontradas: desde la gestión estatal hasta las voces ciudadanas

El gobierno provincial de KP, liderado por Ali Amin Gandapur, ha declarado un día de duelo y ha destacado la movilización conjunta entre el Ejército, administraciones locales, servicios de rescate y voluntarios para enfrentar la emergencia. 'Estamos luchando contra una fuerza de la naturaleza sin precedentes, pero también contra nuestras propias limitaciones estructurales', admitió Gandapur en una conferencia posterior.

Desde la oposición política y sectores civiles, sin embargo, se alzan críticas severas. Para muchos, esta tragedia no solo es producto del clima extremo sino del abandono crónico de las zonas más remotas y la falta de inversión en infraestructura resiliente. 'Este desastre es un espejo de la negligencia estatal y la desigualdad que sufren las comunidades marginadas', señaló un activista de derechos humanos en Islamabad.

Además, expertos en cambio climático advierten que Pakistán, uno de los países más vulnerables a fenómenos climáticos extremos, enfrenta un futuro cada vez más incierto si no se adoptan políticas integrales que contemplen mitigación, adaptación y reducción del riesgo. La temporada actual de monzones ya acumula más de 400 muertes relacionadas con lluvias, un patrón que se ha visto agravado en los últimos años por el calentamiento global.

Consecuencias visibles y desafíos a largo plazo

Las cifras oficiales reportan 155 fallecidos en KP, 10 en Gilgit-Baltistán y 8 en Cachemira, con decenas de heridos y desaparecidos. Más allá del dolor inmediato, la tragedia ha dejado a miles sin hogar y ha destruido infraestructuras críticas que dificultan la recuperación. Economistas locales proyectan que el impacto económico supera ya los cientos de millones de dólares, afectando la agricultura, el comercio y la movilidad.

La caída del helicóptero de rescate, además, ha abierto un debate sobre la capacidad y preparación de los equipos de emergencia para operar en condiciones extremas, así como la necesidad de protocolos más robustos y tecnología adecuada.

Verdades innegables y lecciones pendientes

Esta tragedia pone en evidencia que, en Pakistán, la conjunción de fenómenos naturales extremos y fallas estructurales puede resultar letal. La falta de infraestructura adecuada, la pobreza estructural y la insuficiente planificación urbana y rural amplifican el impacto de eventos climáticos que, según científicos, serán cada vez más frecuentes.

La respuesta estatal, aunque rápida en términos de movilización, ha sido cuestionada en sus niveles de prevención y preparación. La voz ciudadana reclama no solo ayuda urgente, sino también reformas profundas que aborden las causas estructurales del riesgo.

En definitiva, este desastre nos recuerda que la tragedia no es solo natural, sino social y política. La historia de Pakistán en estas semanas es la historia de un país enfrentado a sus propias limitaciones internas y a un planeta que cambia, con consecuencias que ya no pueden ser ignoradas.

Fuentes: Cooperativa.cl, declaraciones oficiales de la Autoridad Nacional de Gestión de Desastres (NDMA), entrevistas con expertos en cambio climático y activistas locales.