
Un disparo que resuena más allá de Estación Central
El 14 de agosto de 2025, un hombre de entre 25 y 30 años fue encontrado muerto en la calle Mailef, Estación Central, tras recibir múltiples disparos en plena vía pública. La noticia, en principio un hecho aislado, ha ido tomando dimensiones que reflejan problemas estructurales que afectan a la comuna y a la Región Metropolitana en general.
La Brigada de Homicidios Centro Norte de la PDI, encabezada por el comisario Marcelo Navarro, inició la investigación levantando evidencias balísticas y revisando cámaras de seguridad. Sin embargo, a casi tres meses, no se han dado a conocer avances significativos ni detenciones, lo que ha generado inquietud entre los vecinos.
"Son los vecinos quienes alertaron tras escuchar las ráfagas de disparos y encontraron el cuerpo sin vida", señaló el fiscal ECOH Eduardo Pontigo. La comunidad, sin embargo, no solo expresa dolor sino también frustración y miedo. Para muchos, este homicidio no es un hecho aislado sino la manifestación de un entorno donde la violencia armada se ha normalizado.
Desde sectores políticos, las interpretaciones se bifurcan. La oposición denuncia la falta de políticas eficaces de seguridad pública y la insuficiente presencia policial en barrios vulnerables. En contraste, voces oficialistas defienden la labor investigativa y apuntan a la necesidad de reformas legislativas para endurecer penas y mejorar la coordinación entre fuerzas de seguridad.
Este homicidio desnuda una compleja trama social: pobreza, exclusión, y un sistema de justicia que no logra dar respuestas rápidas ni contundentes. Estación Central, históricamente un punto neurálgico de movilidad y comercio, enfrenta además un aumento en la percepción de inseguridad que afecta la convivencia diaria.
Expertos en criminología consultados por este medio advierten que "la violencia armada urbana es un fenómeno multifactorial que requiere intervenciones integrales, no solo represivas", enfatizando la importancia de políticas sociales, educación y prevención.
Hasta la fecha, la identidad del fallecido no ha sido confirmada públicamente, y los responsables continúan prófugos. La ausencia de avances visibles en la investigación y la persistente inseguridad alimentan la desconfianza ciudadana hacia las instituciones.
Este caso se convierte, entonces, en un espejo donde se reflejan las grietas de la política de seguridad y el tejido social chileno, invitando a un debate profundo sobre cómo enfrentar la violencia urbana sin caer en soluciones simplistas.
La tragedia de Estación Central no es solo la pérdida de una vida, sino el síntoma de una crisis mayor que Chile debe encarar con urgencia y profundidad.